El Camino de Santiago aragonés, que entra en la península por el puerto de Somport, experimenta estos últimos años un declive que sus promotores atribuyen a la escasa promoción oficial por parte del Gobierno de Aragón.

"La inmensa mayoría de los peregrinos entran en España por Roncesvalles, en Navarra, mientras que por aquí, en el año 2014 solo pasaron 2.000 personas", explica Francisco Javier Rapún, de la asociación de amigos de la ruta jacobea con base en Jaca.

Esa cifra recoge el número de peregrinos que completaron la travesía hasta Santiago de Compostela y dejaron constancia de su paso por los albergues. No refleja la cantidad de usuarios que caminaron realmente entre Candanchú y Sangüesa o por tramos sueltos de la ruta aragonesa y que no llegaron a Galicia, dado que estos no quedan registrados. Estos romeros ocasionales, sin duda, elevarían notablemente la afluencia en el ramal aragonés, "pero es imposible llevar un control", advierte Rapún.

"Además de la escasa promoción, nos encontramos con que se trata de potenciar variantes del Camino de Santiago mucho menos transitadas, como la del Ebro y la del Somontano, que crean confusión y contribuyen a dispersar la oferta en perjuicio de las rutas históricas consolidadas", añade.