En los últimos meses he tenido la ocasión de impartir alguna conferencia sobre la picaresca española, un género que me apasiona y del que nunca se aprende bastante.

En rigor, sería ésta, la de la picaresca, la corriente literaria más propia de nuestra rica tradición. Con cumbre en el Siglo de Oro, en las plumas de Quevedo, Cervantes y tantos otros, pero con un origen muy anterior, remonta su origen a siglos anteriores hasta lo que Dámaso Alonso llamaba los primeros vagidos de la lengua castellana. Ya entonces, curiosamente, el román paladino y la oración iban de la mano en cuanto al proceso de conversión al romance del latín, lengua culta, en habla popular.

Ahora, un excelente escritor de nuestros días, Juan Gómez--Jurado, vuelve a bucear en las fuentes de la picaresca para ofrecernos una novela tan larga y redonda --conceptos que en él devienen claramente compatibles-- como divertida y profunda.

La leyenda del ladrón (Planeta) que así se llama esta ejemplar, por picaresca, novela histórica de aventuras, está situada en la Sevilla de finales del siglo XVI. Época en la que, dentro del esplendor del imperio, pues los metales preciosos seguían subiendo con regularidad por el cauce del Guadalquivir, comenzaban a atisbarse serios indicios de una inminente decadencia.

En aquella Sevilla, plagada de pícaros, mendigos, marineros en tránsito, fenicios de las finanzas, tenderos, exportadores, capitanes de buques negreros, obispos y damas de la alta aristocracia andaluza asistiremos a un nuevo ejemplo de supervivencia o lucha por la vida. El protagonista de la novela será Sancho, un joven ganado de antemano por la luz de la fantasía y el color de la aventura.

Ávido de correr mundo, pero carente de cuna, nuestro Sancho, dotado de una inteligencia natural pareja a aquel otro Sancho que poco después partiría de un lugar de La Mancha para acompañar a un alto y enjuto caballero, comenzará a buscar un lugar bajo el sol. Conocerá a los taberneros que aguan el vino y a los físicos que experimentan con las hierbas del sueño; se enamorará; delinquirá; conocerá el hierro de los corchetes y el azote del cómitre de galeras... Vivirá, en una palabra, y a través de su vida de ficción nos irá envolviendo en una inolvidable historia. En muchas, realmente...