El nacimiento de una editorial es siempre una grata noticia, y más con los tiempos que corren.

De cada una de esas nuevas plataformas de papel cabe esperar renovados sueños, racimos de conocimiento, las ricas uvas de la belleza y la ira. Por eso, y porque sus promotores me han causado muy grata impresión, doy la bienvenida a Hoja de Lata y a su colección literaria Sensibles a las letras.

Que se estrenó, no hace mucho, con Arraianus, un texto de Xosé Luis Méndez Ferrín, y que hoy nos ofrece Cartas de una pionera, de Elinora Pruitt Stewart. Un texto clásico en la literatura de Estados Unidos, pero desconocido e inédito en España. A partir de ahora, podremos apreciar en castellano su originalidad y riqueza gracias a la primorosa traducción de Rossana Herrero Martin.

Básicamente, el texto contiene las cartas con las que Elinora Pruitt, viuda, madre de una niña pequeña, partió en 1909 hacia la que iba a ser la gran aventura existencial de su vida, un largo viaje hacia el Far West. Travesía eterna en carreta, con su niña y el caballo Chub, en dirección a las salvajes montañas de Wyoming.

Desde el primer momento, la relación de Elinore con la naturaleza, los paisajes, el tiempo atmosférico, los animales, y también con otros colonos en su peregrinar hacia sus sueños dorados se acoge al tono sencillo y naturalmente majestuoso de una épica que anida en el corazón de la autora como la tinta en su pluma. De ahí que, desde la primera carta, desde el primer párrafo, la lectura sea emotiva, emocionante y humanamente rica.

Metafórica, también, por lo que de simbólico tiene ese arriesgado periplo protagonizado por una mujer sola que en ningún momento pierde la ilusión ni la esperanza, los óptimos bagajes de su naturaleza humana.

Ese espíritu viajero, positivo, integrado, nos recordará a otras voces que también buscaron en el espejo de la naturaleza un espejo puro para sus palabras: Rousseau, Thoreau, Whitman.

Laura Sandoval, la editora del sello Hoja de Lata , afirma en su prólogo que leer a Elinore "es como bajar la luz, abrir una ventana y comenzar a respirar el aire puro de las montañas del oeste norteamericano. "No se puede decir mejor, aunque The New York Times ha escrito: The New York TimesRebosante del espíritu de las praderas