Los griegos han dicho basta, el problema es dilucidar o saber a qué.

En general, obviamente, a la situación que venían padeciendo y que mi querido colega Petros Márkaris noveló críticamente en su Trilogía de la crisis, a través de sendas aventuras de su comisario Jaritos. Una catarsis social ciertamente extrema, una tormenta perfecta de calamidades que afectaban a la deuda exterior del país y a las rebajas internas, salariales, de prestaciones y servicios, abastecimiento, dignidad nacional... Por éste último conducto, el joven ingeniero Alexis Tsipras, líder de Syriza, ha encontrado un rápido camino hacia la victoria electoral. Precisamente el año pasado por estas mismas fechas, estando Markaris en Zaragoza para recoger el premio de Honor del I Festival Aragón Negro, nos comentaba que confiaba en Tsipras, y que Samarás le parecía un político honesto. No podía decir lo mismo de los socialistas del Pasok, hundidos por la incompetencia y corrrupción de sus dirigentes.

Los griegos tienen ante sí un período difícil, pero apasionante desde el punto de vista político, ideológico y periodístico. La clave estará en la economía, en cómo Tsipras enfoque sus más acuciantes problemas. Yo no creo que la solución esté en el retorno al dracma tanto como en la modernización del sistema impositivo de un país que hasta hace poco pagaba pocos impuestos y menos créditos, y cuyas estructuras industriales y turísticas, cuyas carreteras y factorías recuerdan a la España de los años setenta. Algo en Grecia, su lado oriental, afecta aún a esa jerarquía de poderes que concentra la riqueza en unos pocos abandonando la base social al ancestro de sus costumbres, pero hay otra Grecia con corazón europeo y el horizonte de una potencia.

En España, Pablo Iglesias ha estado muy atento a esta jugada, llevándose el abrazo que Tsipras inicialmente debería haber concedido a Cayo Lara. La izquierda griega tenía en principio mucho más que ver con la izquierda española, pero los dirigentes de IU no han estado al loro y se han dejado arrebatar esta bandera.

Hoy no tenemos a Márkaris para comentar las elecciones griegas, pero analizaremos la actualidad política con la escritora Anne Perry, otra estrella mundial que mañana miércoles, en el Teatro Principal de Zaragoza, recogerá el Premio de Honor del II Festival Aragón Negro, por su carrera literaria. A ver qué opina de Tsipras (y de Cameron).