La ciencia ficción es, a menudo, el menos ficticio de los géneros literarios, pues buena parte de sus predicciones se han venido cumpliendo a rajatabla. Desde las visiones de Verne o de Wells hasta algunas de las profecías de Orwell o Asimov. Desde el Gran Hermano a los drones, desde las células madres a los últimos avances en el fascinante capítulo de la inteligencia artificial.

Un desafío de esta naturaleza es el que plantea, dentro de la literatura de ciencia--ficción, J.J. Gómez Cadenas con Spartana, novela recientemente publicada por el sello Espasa.

En cuyas trepidantes páginas, redactadas a ritmo de thriller, el director del experimento NEXT, que se desarrolla desde hace años en el Laboratorio Subterráneo de Canfranc (no otro es el cargo del autor), plantea una serie de preguntas, y de respuestas, cuando menos muy inquietantes. ¿Cómo será la Tierra en 2050? ¿Cómo serán los pueblos y sociedades que entonces la habiten?

A falta, aún, de cuarenta años para alcanzar el tiempo del relato, no resulta nada fácil adivinarlo, pero J. J. Gómez Cadenas lo ha intentado amparándose en su fértil fantasía y en su sólida formación como físico nuclear.

El argumento de Spartana transcurre en una Europa donde los países, tal como en la actualidad los conocemos, han desaparecido, y donde rige una Federación dominada por los rusos, ruskis en el argot de Spartana. Los anglos, por su parte, dominan toda América, que en ese futurista 2050 aparece exenta de divisiones de centro y sur, toda una ella sola y dominada por el poder blanco.

En esa misma y autoritaria línea política, el resto del mundo se ha aglutinado en otras dos o tres grandes confederaciones... Todo ello, el nuevo mapamundi político, es consecuencia de una gran guerra, la Tercera. De la cual sabemos que fue especialmente cruenta, y que se libró tras el descubrimiento de grandes reservas petrolíferas en los océanos polares.

Desde entonces, la tecnología ha marcado nuevas fronteras entre lo colectivo y lo individual, condicionando drásticamente las formas de comportamiento, los hábitos sociales, incluso la manera de pensar y actuar de los individuos.

Una reflexión desasosegante sobre el futuro y un ejercicio novelesco en la tradición de las utopías tecnológicas en conflicto con el alma humana.