Francisco José Canela Grima el joven vecino de Ricla que acabó con la vida de Robert Racolti de un tiro en la cabeza salió ayer del centro penitenciario de Zuera en la que ingresó un 12 de enero del 2016. Lo autorizó la Audiencia de Zaragoza, atendiendo a que ya ha cumplido la mitad de la condena de cuatro años que se le impuso puesto que estuvo más de dos años en prisión preventiva. Inicialmente se enfrenta a 25 años de cárcel por un delito de asesinato, el jurado popular consideró que fue un homicidio imprudente porque no apreciaron intencionalidad alguna.

Paradójicamente, su puesta en libertad se produce antes de que el Tribunal Superior de Justicia de Aragón (TSJA) celebre una vista el próximo miércoles 17 en la que la Fiscalía y la acusación particular van a solicitar que se repita el juicio. Tanto el ministerio público como la familia de la víctima consideran que el jurado no ofreció de forma clara las razones por las que descartaron determinadas pruebas como, por ejemplo, que los especialistas del Instituto de Medicina Legal de Aragón (IMLA) señalaron que no hubo forcejeo alguno y que el disparo se produjo a un mínimo de 50 centímetros. Sin embargo, en el informe forense presentado por las abogadas de la defensa, Soraya Laborda y Laura Vela, se concluía todo lo contrario.

De hecho, ambas penalistas zaragozanas solicitan al TSJA que declare firme la sentencia de la audiencia provincial. Resaltan en un escrito que en el acta de votación de los nueve hombres justos «consta la enumeración de los testimonios y las pruebas practicadas en el juicio que han tenido en cuenta para llegar a las conclusiones que dieron con dicho veredicto».