Puede que mucha gente lo desconozca, pero Teruel tiene dos hospitales. Y no, no es el Obispo Polanco el centro sanitario más antiguo de la capital, sino que es el San José quien ostenta la tradición médica en la ciudad.

Trabajadores y pacientes no se sienten los hermanos chicos del Polanco, ni mucho menos, ya que el hospital San José desarrolla una labor sociosanitaria que nada tiene que ver con el día a día de los grandes centros del Salud. «No es bueno compararse, porque lo cierto es que somos distintos, y cabe destacar la importante la colaboración que existe entre ambos», reconoce a este diario la directora del San Jsoé, Amparo Esteban.

Ubicado en la antigua carretera de Zaragoza, el hospital se inauguró en 1913, pero fue destruido durante la guerra civil. Tras el conflicto, se volvió a levantar en 1948 y se sometió a diferentes reformas bajo la dirección de la Diputación Provincial de Teruel (DPT), de quien dependía.

Fue en el 2001 cuando las competencias se transfirieron al Gobierno de Aragón. Desde ese momento, el centro San José empezó a funcionar como un hospital de media y larga estancia con una orientación sociosanitaria.

103 TRABAJADORES

«Tenemos una plantilla que consta de 103 trabajadores y 50 camas distribuidas en dos plantas. También tenemos un hospital de día con 15 plazas en un edificio adosado, de dos plantas y comunicado con el centro», explica Esteban. Además, cuenta con hospitalización para agudos, cuidados paliativos y pacientes que requieren rehabilitación.

En su cartera de servicios destaca la Unidad de Valoración Sociosanitaria. «Se encarga de identificar a los individuos frágiles o en situación de riesgo de dependencia funcional, de valorar sus necesidades y de tramitar el recurso asistencial más adecuado para cada caso», añade Esteban. Además, se dispone de una Unidad de Geriatría Externa desde el 2012, en la residencia Javalambre de la DGA.

Debido al envejecimiento de la población de Teruel, este hospital es un centro referente para este tipo de paciente, que agradece el trato humano. «Atendemos al mayor crónicodependiente y trabajamos mucho la parte geriátrica. En un centro pequeño se conoce todo el mundo y eso facilita la comunicación, el trabajo en equipo y favorece la humanización de la asistencia», señaló Esteban.

De cara al futuro, «asistencia, docencia e investigación» marcarán el devenir del San José. «Seguramente no podremos hacer investigación traslacional en Teruel, pero sin duda podemos participar en estudios epidemiológicos multicéntricos relacionados con el envejecimiento», dice Esteban. «La asistencia no puede ser objetivo del hospital moderno, porque así se anula la posibilidad de satisfacer las necesidades futuras de la comunidad», concluye.