El Departamento de Sanidad del Gobierno de Aragón ha decidido aparcar y desestimar el proyecto del macrolaboratorio en el que centralizar los análisis no urgentes. Así se admite desde la propia Administración, que considera que ahora tiene "otras prioridades", aunque renuncia a descartarlo por completo. Lo que está claro es que el macrocomplejo no será una realidad a corto o medio plazo, a pesar de que el consejero, Ricardo Oliván, mostró este deseo hace un año.

Y eso que la unificación y centralización de servicios encabezan la lista de objetivos prioritarios del nuevo gerente del Salud, Ángel Sanz. Sin embargo, la creación del macrolaboratorio no figura entre ellos o, al menos, no goza de la misma prioridad que la centralización de almacenes, por ejemplo.

Ya en septiembre del año pasado, Sanidad comenzó a apartarse de su planteamiento inicial y desechó la posibilidad de privatizar el macrocomplejo que, en sus orígenes, se gestó bajo la premisa de su creación a través de una sociedad mixta entre una empresa pública y otra privada. Entonces, el Salud ya había decidido que, en caso de hacerse, el laboratorio unificado se ubicaría en el hospital zaragozano Miguel Servet y el servicio de Inmunología del Clínico. "La medida persigue la eficacia y dotará a la centralización de un carácter 100% público", apuntaron entonces fuentes del Salud.

OTRO PASO Pero la Administración da ahora un paso más y aplaza sine die la creación de ese macrolaboratorio, escudándose en que el ahorro pretendido ya se ha conseguido merced a la unificación en la compra de reactivos en el Servet para ese hospital, el Provincial y el Royo Villanova, aunque la intención de la Administración era centralizar la compra de toda la provincia de Zaragoza. Hasta ahora, la gestión era individualizada. "El tema importante era la unificación de la compra de reactivos y eso ya se ha hecho", subrayaron fuentes del departamento.

El proyecto ahora apartado se centraba en unificar todos los laboratorios que actualmente llevan a cabo tareas analíticas en los centros hospitalarios aragoneses a través de un gran complejo que aglutinaría el personal y los servicios que ahora se imparten en los hospitales --la práctica totalidad de ellos dispone de un laboratorio--, que, no obstante, mantendrían el servicio destinado, principalmente, a urgencias.

La instalación pretendía acoger todas las analíticas rutinarias de Atención Primaria y de Especialidades, aunque no suponía alterar el actual sistema de extracciones, que seguirían realizándose en los centros de salud y ambulatorios, tal y como se está llevando a cabo en la actualidad.

El nuevo modelo planteado desde el departamento provocó numerosas quejas entre los propios profesionales y de colectivos sociales. Incluso los jefes de servicio de los laboratorios enviaron un escrito a la consejería en el que mostraban su rechazo a la unificación y la posibilidad de que provocara una reducción de personal --se estima que unas 600 personas podría dedicarse a ello en Aragón--. Las manifestaciones de protesta han sido constantes.

El macrolaboratorio también podría haber provocado discrepancias entre la consejería encabezada por Ricardo Oliván y la anterior gerente del Salud, María Ángeles Alcutén, que, junto al director de los sectores I y II, José Huelin, fueron destituidos hace alrededor de tres semanas. La distancia con Oliván y la falta de confianza de este en la cúpula del Salud fueron algunos de los motivos del doble despido