El Departamento de Sanidad admite haber recibido diez reclamaciones de responsabilidad patrimonial por parte de otros tantos pacientes que afirman haberse visto afectados por una «deficiente» asistencia sanitaria en el hospital Miguel Servet de Zaragoza. Las quejas, que reclaman una indemnización económica, se refieren a uso de lotes defectuosos del producto Ala Octa (perfluoroctano) utilizado en operaciones de retina entre agosto del 2014 y febrero del 2015 y que llegó a originar pérdida de visión.

En una respuesta parlamentaria a pregunta de Podemos, el consejero de Sanidad, Sebastián Celaya, matiza que en una de esas diez intervenciones sobre las que existe reclamación «ha quedado acreditado que no se utilizó el citado producto», que posteriormente fue declarado tóxico y retirado del mercado.

En las otras nueve quejas «queda acreditado que se aplicó el perfluoroctano Ala Octa aunque en una de ellas se constató la pérdida visual transcurridos seis meses de la intervención, por lo que las lesiones sufridas no cabe imputarlas al referido producto», apunta el consejero. Porque, según la Agencia Española del Medicamento y Productos Sanitarios (AEMPS), la pérdida de la visión en el ojo intervenido se produce inmediatamente después de la operación y la atrofia del nervio óptico, un mes más tarde.

Celaya indica que, tras la perceptiva emisión del dictamen por parte del Consejo Consultivo, se resolverán los procedimientos por parte del departamento».