Por segunda vez en apenas un mes, más de veinte internos del hospital psiquiátrico Nuestra Señora del Pilar de Zaragoza tuvieron que ser desalojados ayer debido al mal estado de uno de sus pabellones, aunque, en esta ocasión, el traslado será por una larga temporada. Porque la dirección de obras del Salud, tras consultar a los bomberos, ha optado por cambiar todo el techo del pabellón de San Juan una vez detectada una fisura en una de sus vigas.

El descubrimiento se produjo después de que los técnicos quitaran todo el falso techo para comprobar el estado de la techumbre tras el desplome sufrido el pasado mes de diciembre como consecuencia de la rotura de una tubería de agua.

Desde el Salud se asegura que no existía peligro de derrumbe "aunque los bomberos recomendaron, por seguridad, desalojar a los internos y así lo hemos hecho", indicaron fuentes de la administración sanitaria. Los 24 residentes han sido reubicados en los pabellones 5 y 6.

Pero no está claro ni cuándo empezarán las obras ni cuánto tiempo durarán. De momento, la DGA dio ayer la orden aunque las características y singularidad del edificio obliga a cierta tramitación, como la autorización de Patrimonio.

El reventón acaecido en diciembre provocó el desplome de parte de la techumbre interior de casi medio edificio, afectando a los dormitorios de la primera y de la segunda planta y al comedor. En el pabellón se encontraban pacientes con un alto grado de dependencia debido a sus patologías, consideradas graves, y a su edad.

La reforma estructural de este pabellón está pendiente desde el año 2003 cuando estaba prevista la intervención tras la modernización de los pabellones Alonso V en el 2001 e Infanta Isabel en el 2003. San Juan debía ser rehabilitado después según los planes del Gobierno de Aragón, pero las obras nunca se han llevado a cabo pese al mal estado de un edificio construido a mediados del siglo XIX.

Estos edificios formaban parte del viejo psiquiátrico ubicado en el barrio de Delicias. En febrero del 2009, la DGA ya alertó oficialmente de lo que varios profesionales llevaban varios años advirtiendo, es decir, de la cubierta en mal estado con la estructura original de vigas de madera, cañizo y teja de la época que empezaba a ceder por varios puntos por culpa de las frecuentes filtraciones, la antigüedad de las construcciones, instalación eléctrica obsoleta y fontanería en mal estado, lo que hacía temer que estallaran las tuberías.