--El título es muy alentador...

--Me han dicho incluso que se pensó para una teleserie pero que no era comercial...

--En el fondo es cierto. Y eso es lo que me estimula para leerla.

--Sí, no fue buscado; durante dos semanas de vacaciones pensé en redactar un documento para mí, con una serie de anécdotas de mis hijos con el cierre de la infancia y el comienzo de la adolescencia, y finalmente me di cuenta de que aquello podía convertirse en una novela.

--Con una estructura muy original.

--Cada uno vemos la realidad como la vemos, y quise que cada personaje contara la feria como yo creo que la verían. Y en ese caso, la novela se estructura en pequeños fragmentos donde habla cada personaje.

--Pero casi no es una familia normal...

--Es que no hay ninguna familia normal. En los años sesenta-setenta se decía que iba a acabar la familia, y como vemos no ha acabado, pero se ha transformado radicalmente.

--¿Ha utilizado experiencias propias o todo es fruto de su trabajo de profesor?

--En todo lo que escribimos no existe al cien por cien de ficción ni de autobiográfico. Pero no voy a desvelar los porcentajes que he utilizado. Lo peor para una familia es tener un psicólogo en casa.

--¿Qué dice su familia?

--Mi hijo mayor está muy orgulloso porque ha diseñado la portada y se está pavoneando en el instituto... El resto juran que es todo ficción.

--¿De todas formas va a suponer algo en su carrera literaria?

--Yo disfruto con mi profesión, aunque a veces no me deja escribir o escribo muy de tarde en tarde. Fíjate que aunque pudiera dedicarme exclusivamente a escribir, creo que no dejaría la docencia ni la investigación. Y te voy a decir más: una personalidad no tiene que saber lo que hace la otra. Es contraproducente incluir en tu currículo académico que has escrito un libro no científico.

--Trabaja en Teruel.

--Sí, estoy de profesor en psicopatología...

--¿Saber esas cosas le puede ayudar a componer personajes?

--Sí, pero yo creo que la vida siempre supera a la ficción.

--¿Tiene tiempo de leer?

--Sí, debo leer aunque esté con cincuenta tareas; siempre necesito un rato para leer por la noche. Y como no conduzco y viajo en tren, es fantástico para dedicarlo a la lectura.

--Nos vamos a despedir con algunos nombres.

--Ya que el libro del que hablamos es de humor, yo valoro mucho esa pulsión en la literatura: me ha gustado mucho Carabinieri de Fernando Martín.