El alcalde de Zaragoza, Pedro Santisteve, evitó en el pleno municipal celebrado ayer desacreditar a su concejal de Servicios Públicos y Personal, Alberto Cubero, duramente criticado por sus compañeros de corporación en relación con sus declaraciones hacia los funcionarios de la casa. Cubero afirmó en la última comisión del área de Servicios Públicos y Personal que el funcionariado municipal "está envejecido, con una media de edad de 48 años" y "desmotivado". La carta que el máximo responsable de Personal envió al día siguiente a los funcionarios municipales no satisfizo a los grupos de la oposición, que insistieron en que se retractase.

Solo lo hizo parcialmente, y el regidor de la ciudad no le pidió más. "No podemos retractarnos", afirmaba Cubero, al tiempo que aportaba datos: "Hace ocho años, la edad media de los funcionarios era de 44 años; ahora, es de 48. La plantilla se envejece". Y transitó varias veces de manera peligrosa entre dos ideas distintas. Por un lado, que la plantilla está envejecida --con 48 años de media-- y, por el otro, que la plantilla se está envejeciendo, aumentando su edad media en los últimos años, por la falta de convocatorias de empleos públicos y los límites en la tasa de reposición.

"Si el mismísimo Secretario General del Partido Comunista en Aragón dice que a los 48 años la plantilla está envejecida, no imagino mejor excusa para despedir a todos ellos y sustituirlos por becarios de poco más de 20 años", espetó la concejala socialista Marta Aparicio, que presentó la moción para que el pleno expresara su "agradecimiento a todo el personal municipal por su dedicación y profesionalidad". Aprobada por unanimidad.

Las críticas llegaron asimismo desde el PP, donde su concejala Patricia Cavero, también funcionaria municipal, recordó las palabras "abruptas, inadecuadas, torpes" del concejal Cubero y le espetó que "el problema no son los funcionarios, sino usted". "Todos tenemos una mochila que no está llena ni de malas prácticas ni de corrupción", insistió.

El responsable de Personal sí reconoció haber cometido un error. "El fallo que cometí fue unir la desmotivación con la edad", sostuvo, y matizó que "de lo que hablábamos era de que en ocasiones hay malas prácticas, y es un error generalizar; por eso pedimos disculpas porque la voluntad no ha sido ofender a nadie".

Y, sin embargo, señaló un par de casos que ejemplificaban esas "malas praxis". "Ramiro Pardo considero que no estaba haciendo bien su trabajo: desde que no está, FCC tiene siete sanciones", afirmó. Señalar a un funcionario cesado tampoco convenció a la oposición.