La primera fase del proceso de reestructuración de Sarga ya ha concluido. El lunes se cerró el periodo para que los empleados pudiesen apuntarse a las bajas incentivadas --a 42 días por año trabajado--. Han sido 45 los que finalmente se irán de forma voluntaria. Mañana la sociedad pública presentará el Expediente de Regulación de Empleo (ERE), que afectará a 30 personas. La empresa prescindirá así de 75 trabajadores, tal como se acordó en el proceso de negociación.

Entre los que se han apuntado a las bajas voluntarias está Joaquín Serrano, hasta ahora delegado territorial de Sarga en Huesca. Percibía por ello 40.000 euros al año, que se sumaban a otros tantos que cobraba en su calidad de diputado por la provincia. Ya adelantó este diario que la intención de Serrano era abandonar la empresa en cuanto se abriese el periodo para acogerse a la medida.

¿Cuáles son los pasos a partir de ahora? La sociedad presentará oficialmente el ERE para 30 trabajadores. Se constituirá además una comisión en la que empresa y sindicatos negociarán los despidos y las áreas que se verán más afectadas. Todo indica, según los datos que Sarga suministró a los trabajadores, que uno de los colectivos que sufrirán más bajas es el de los veterinarios. Hasta 12 podrían ir a la calle.

Los criterios que seguirá Sarga para justificar los despidos se basan en la carga de trabajo de la empresa para este año. Algo que depende directamente de los encargos que realice el Gobierno de Aragón. Y todo indica que serán los empleados de la antigua Sirasa los grandes perjudicados por este proceso. Esta sociedad tenía, sin embargo, beneficios, por lo que el enfado entre el personal es mayúsculo, según ha podido saber este diario. Se descartan, de todas formas, movilizaciones de protesta. Los 30 trabajadores despedidos recibirán una indemnización de 32 días por año.

Con estas medidas, la empresa logrará ahorrar 5,1 millones de euros, que en realidad son las pérdidas que la dirección preveía para este ejercicio. Además de los despidos y las bajas incentivadas, se han reducido los gastos corrientes de la sociedad y se ha adelgazado la cúpula, ocupada en algunos casos por personas vinculadas con los partidos políticos. Especialmente del PAR, que durante años ha utilizado Sodemasa para colocar a gente de la formación.