Saturación para unos y repunte de trabajo para otros. Los servicios de Urgencias de Zaragoza han comenzado el año con las salas de espera llenas de pacientes y acompañantes. Los casos de gripe y resfriados, comunes en estas fechas, unidos a la falta de camas para poder formalizar los ingresos, como alegan los propios trabajadores, fueron la causa de que se produjera esta situación. El resultado final: largas horas en la sala de espera pendientes de ser atendidos y diagnosticados.

El servicio de Urgencias del hospital Miguel Servet de Zaragoza volvió a colapsarse durante toda la jornada de ayer. En una situación similar estaban en el Clínico y en el Royo Villanova. Una de las razones, según informaron desde el sindicato de enfermeras SATSE, es "la historia de siempre", es decir, la falta de camas. "Hay tantas camas cerradas que es normal que se produzca esta situación y se ralenticen los ingresos", señalaron.

Desde el Salud indicaron que sí se produjo "un repunte de trabajo", pero que "todos" los pacientes estaban siendo atendidos "en tiempo y forma" por lo que, recalcaron, "no se puede hablar de saturación". Y añadieron que "todos los años se repite esta situación"

UNA CONSTANTE A pesar de ello, "no ponen ningún remedio para evitarlo", criticaron desde el sindicato. La justificación que dan desde el departamento de Sanidad del Gobierno de Aragón sobre le necesidad de disminuir los gastos no es suficiente y mucho menos válida para SATSE que ayer volvieron a reivindicar que se pongan soluciones sobre la mesa para evitar un colapso que se produce con frecuencia en las salas de los hospitales.

El personal sanitario indicó que había tal número de pacientes y acompañantes en la sala de espera del hospital Miguel Servet que había gente en los pasillos. Según explicaron, a las 14.30 horas había 33 pacientes en boxes de Trauma pendientes de ser atendidos por los médicos. No estaban solos. En la consulta ambulatoria eran 28 los que esperaban que un doctor les visitara y 29 en la misma situación en boxes de la general.

Pero había más. Indicaron que un enfermo llevaba 72 horas pendiente de ser ingresado y otros, 48 y 40 horas. En la sala de Trauma "había pacientes ambulantes, en sillas de ruedas, en camillas e incluso en cama", alertaron. Además, había 14 personas esperando en la zona de triaje, es decir, en la puerta de entrada a Urgencias, donde se indican las dolencias para poder establecer la prioridad de atención.

Fuentes internas lamentaron esta "imagen patética de la sanidad pública" que aparenta "caos y desorganización" a pesar del esfuerzo del personal por intentar que repercuta lo mínimo en los pacientes. Explicaron que, aunque el número de casos de gripe y resfriados sí aumenta en estas fechas, muchos de los pacientes se encontraban en el Miguel Servet por problemas cardíacos y respiratorios.

Los enfermos que se encontraban en la sala de espera y en los boxes eran principalmente de avanzada edad aunque, también había gente joven.

Los miembros del sindicato recordaron que el Gobierno autonómico se había comprometido a poner a disposición más camas en caso de se que produjeran situaciones de este tipo. Una promesa incluida en el protocolo adoptado por el Salud para evitar estos casos pero que no se ha visto reflejado, según los empleados del centro. "Se necesitan más camas y mejorar la atención primaria.

La gente sigue yendo a Urgencias ante cualquier malestar y así es normal que se saturen", señalaron. La solución, aseguran, pasa por ampliar el número de camas disponibles, lo que agilizaría los ingresos y evitaría estas situaciones.