Un sellado insuficiente como consecuencia del paso del tiempo y por distintas actuaciones sobre el terreno y en el interior está en el origen del incendio que se declaró la semana pasada en una mina de carbón abandonada de Mequinenza y que todavía sigue activo.

A esta conclusión han llegado los técnicos de la Dirección General de Energía y Minas del Gobierno de Aragón que visitaron la zona y que han detectado en torno a 50 bocaminas y 10 grietas de diverso tamaño por las que, en algunos casos, todavía puede observarse la salida de humo. Esta combustión suele ser habitual en este tipo de instalaciones, una vez que culminan su periodo de explotación, cuando el oxígeno tiene acceso a su interior.

La mayoría de estos puntos se encuentran en la comunidad de Aragón, aunque también se observaron algunos en el municipio catalán de Granja de Escarp, término por cuyo subsuelo se extiende igualmente la explotación minera, denominada Virgen del Pilar

El sellado de la explotación se llevó a cabo en su momento, una vez que la mina dejó de utilizarse. Pero, con el paso del tiempo, se han producido aberturas y grietas por las que penetra aire, lo que facilita la combustión de los restos de carbón en el interior, según explicaron ayer fuentes de la DGA.

El Gobierno de Aragón ya activó el pasado lunes el Plan Territorial de Protección Civil de Aragón (Platear) en fase de alerta debido a este incendio subterráneo.

COORDINACIÓN

En la mañana de ayer se celebró en el Centro de Coordinación Operativa (Cecop), en el Servicio de Seguridad y Protección Civil, una nueva reunión para informar, valorar y coordinar la situación creada por el incendio en la mina subterránea, propiedad en su día de Carbonífera del Ebro, compañía que en estos momentos se encuentra en fase concursal.

En los próximos días se elaborarían informes para delimitar la zona afectada, establecer las coordenadas de los puntos donde se encuentran las bocaminas y las grietas, determinar la solución y fijar las posibles responsabilidades por la situación creada.