No tiene leones a la entrada, no sale apenas en televisión, ni estuvo toda una noche en manos de golpistas. Es el gran desconocido para la mayoría: el Senado. De los 266 parlamentarios, 14 representan a Aragón. ¿Sirve para algo? ¿Son necesarias dos cámaras? La crisis y los ajustes han despertado en los ciudadanos interrogantes y necesitan una justificación para los 55 millones de euros de presupuesto que la Cámara Alta tuvo en el 2011.

El descontento de los electores se vio el 20-N. La abstención fue de casi un 29%, 4 décimas por encima del 2008 y hubo dos millones de votos nulos o en blanco, un 93% más que en los anteriores comicios. En Aragón, cada una de las provincias estuvo en torno a esos porcentajes.

Los senadores han dado un respingo en sus sillones y han entendido que algo no funciona. Y el Senado aprobó por unanimidad a finales del mes pasado modificar el reglamento. ¿Qué opinan los senadores aragoneses? Lo tienen claro. Que se convierta en una cámara de primera lectura para temas que afecten a los territorios y que la comisión general de Comunidades Autónomas cobre importancia. Comisión que es la más relevante y tiene el doble de miembros que las demás y que debería servir como punto de encuentro. En la pasada legislatura se celebraron 26 sesiones. Algunas duraron cinco minutos. Como las cosas de palacio van despacio, se ha fijado la primera parada de este camino de reforma en el verano del 2013. Antes se debe haber creado la comisión que debe dirigir el cambio.