--Es un poemario muy estructurado, muy frío. --En efecto, pensé la estructura antes de escribir los poemas. Yo creo que un libro tiene que tener una unidad, que un poemario me cuente una historia, un sentido completo... No me gustaba tanto el hecho de escribir poemas sueltos y juntarlos en un libro.

--El título ya es significativo. --60 gramos. Hay dos ejes distintos, entrelazados: por un lado 60 en relación al tiempo, a 60 segundos. Y por otro, al gramo, en relación al peso del cuerpo. Es una forma de unir lo material con lo inmaterial, según dijo Túa Blesa en la presentación, y me parece que es muy acertado.

--Parecen haikus... --Sí, todos los poemas numerados con el 7 son tankas, que son haikus con dos versos de siete sílabas... Los haikus tratan de atrapar el tiempo, y esa era mi intención.

--¿Y el resto de poemas? --Suelen ser poemas cortos, porque la idea es que sean de un segundo. Y muchos de ellos están relacionados. Además la estructura es circular...

--¿Qué quiere decir? --Que mis creencias me hacen pensar que el tiempo es circular, en el sentido de que el futuro está en mi pasado. Por otro lado, para los que no creemos en el alma, lo que le ocurra al hombre solo le puede ocurrir en el cuerpo, sentimos el tiempo en el cuerpo.

--Esta es la caja. Vayamos al contenido. --El contenido también explicado con el título y el primer poema: el peso del hombre es su memoria. No me interesaba tanto contar mi propia vida como hablar de qué manera al hombre le afecta su propia memoria. No he incluido vivencias concretas...

--¿Pero no trata de eso la poesía? --Sí, pero los poetas pecamos un poco de ego y tratamos de hablar demasiado del yo. Al fin y al cabo yo soy profesor de filosofía e intento hablar desde el punto de vista general...

--¿Pueden resultar entonces muy fríos? --Sí, creo que tengo una manera de escribir un tanto fría y ese era mi temor. Una de las cosas que destacó el jurado es que era como un diario de sentimientos. Creo que la poesía tiene que buscar el equilibrio entre lo personal y lo común.

--¿No le atraen entonces poetas como Gil de Biedma...? --Me gusta mucho Gil de Biedma, que es todo lo contrario de lo mío. O Pessoa, que junto a Paul Celan, es uno de mis autores favoritos. Y sin embargo son muy distintos. Lo que me interesa de un poeta es que me alimente, venga de donde venga.