La Universidad de Zaragoza tendrá que buscar nuevas vías de financiación. En la actual coyuntura económica difícilmente recibirá más dinero del Gobierno de Aragón, que apuesta por las aportaciones de las empresas privadas para que la institución académica pueda enderezar sus maltrechas arcas. Así de claro lo dejó ayer la consejera del ramo, Dolores Serrat.

En el pleno de las Cortes reconoció que en estos momentos se está negociando con el rectorado el nuevo modelo de financiación. El actual, aprobado solo unos meses, parece ya no ser suficiente. Serrat quiere enderezar el sistema y reorientarlo hacia la empresa privada, tal como ya ha dicho en repetidas ocasiones. Es decir, ligar las aportaciones públicas de la DGA a los resultados. Se quiere dar así más "autonomía" y "flexibilidad" y sobre todo más capacidad para captar "sus propios recursos". Y lo haría a través de varias vías, según reconoció la consejera, con las aportaciones de empresas privadas o con la creación de sociedades propias gracias a la investigación que se desarrolla en el campus.

LÍMITES DE GASTO Pero Serrat no se quedó ahí. Además de lanzar al rectorado a que se busque sus propios ingresos, apostó por una "revisión" de los precios públicos de las tasas --seguramente al alza--, así como el replanteamiento de la política de becas, que deberán primar la excelencia. La consejera también puso el dedo en la llaga en cuestión de contratación. "Hay que fijar los límites de gasto en personal". A su vez anunció que pedirán al rectorado que ponga en marcha un sistema de contabilidad analítica que permita comparar los resultados de los diferentes centros y departamentos de la universidad.

De esta forma Serrat marcaba claramente las líneas que seguirá su Departamento en materia universitaria. No habrá más dinero público y el rectorado tendrá que buscarse la vida, vino a decir. Una alternativa que no terminó de convencer al socio de Gobierno, el PAR. Su portavoz, Alfredo Boné, salió a la tribuna y le recordó a la consejera que los compromisos están para cumplirse y que en esta ocasión el Gobierno no lo había hecho --la transferencia básica está por debajo de lo acordado en 16 millones de euros--. "Esta es una cuestión que nos separa", le dijo el aragonesista. Pese ello recordó que gracias a las enmiendas pactadas con el PP el campus recibirá cuatro millones de euros extra.

Lejos de hacer autocrítica, Serrat intentó achacar el problema a la etapa socialista --y por tanto también del PAR. "Debemos analizar por qué la universidad está así", dijo. "Debemos buscar soluciones, pero en el 2012 la institución tendrá que hacer un esfuerzo". Y ante esta situación, la única vía propuesta por la consejera para aumentar los ingresos del campus pasa por la consecución de "recursos propios". Pero mientras el rectorado habrá de trabajar en "la eficiencia en la gestión del profesorado y del personal de administración y servicios (PAS)".

La política en materia de universidad no gustó a ninguno de los grupos de la oposición, que criticaron con crudeza a Serrat. "Han llegado y no han traído nada, solo han ahogado un poco más a la universidad", lamentó la portavoz de CHA, Nieves Ibeas, quien recordó que cuando el PP estuvo en la oposición no se cansó de pedir más dinero para el campus.

El portavoz de IU, Adolfo Barrena, vio en los planes de Serrat un intentó de asfixiar a la institución para que pueda desarrollarse la privada. "Lo público es público y no se puede hacer negocio. Con la universidad no se puede mercadear". Desde el PSOE, Mayte Pérez tildó de "varapalo" la inversión prevista para los campus periféricos --Huesca y Teruel--. Y culpó al Gobierno de haber engañado a la ciudadanía.