Frente a las numerosas críticas por la política de becas de comedor llevada a cabo por el Gobierno aragonés, la consejera de Educación, Dolores Serrat, no dudó ayer en asegurar que no dirige un departamento de "beneficencia", sino uno que vela por la educación y que defiende la "corresponsabilidad" de las familias en las becas de comedor. Serrat, que reconoció, no obstante, que le gustaría disponer de más recursos, compareció en el pleno de las Cortes a petición del grupo socialista para informar sobre los criterios fijados para la convocatoria de becas de comedor y material escolar del próximo curso.

"No somos un departamento de beneficencia, ni de servicios sociales, somos el Departamento de Educación", apuntó la consejera, quien ha reconocido la función social que están teniendo las becas de comedor, dada la complicada situación económica de las familias. Por ello, y tras asegurar que el comedor es un servicio complementario, no "obligatorio" ni un "derecho" para todas las familias, defendió los criterios fijados por su área para el próximo curso, ya que tienen el objetivo de llegar "a los más necesitados".

De este modo, recordó, se ha incrementado un 43 % el presupuesto destinado a becas de comedor y material curricular, hasta alcanzar los 6,7 millones de euros, de los cuales cuatro son para comedor. Y las familias que podrán optar a estas becas serán aquellas que tengan unos ingresos anuales por unidad familiar que no superen el Indicador Público de Renta de Efectos Múltiples, unos 6.400 euros.

GARANTÍA "Pueden parecer insuficientes, me puede parecer que el nivel renta es muy bajo, puedo estar de acuerdo con usted, pero con este nivel de renta garantizamos que lo recibirán los que más lo necesitan", aseguró en respuesta al PSOE.

Serrat reconoció "algunos errores" y "dificultades" en el sistema de becas de este curso, que han originado "muchas críticas", por lo que se han modificado algunas cuestiones de cara al próximo curso. La primera de ellas es la eliminación de las medias becas, al comprobar las "dificultades" que han entrañado.

De esta forma, se dispondrá de una única ayuda de 90 euros al mes. "Me gustaría invertir más", apuntó Serrat, pero con los recursos disponibles, aseguró que su "obligación" es atender a aquellas familias con rentas más bajas.

Por su parte, la diputada socialista Mayte Pérez acusó a Serrat de "llevar a las familias a competir en la necesidad" y su homólogo de CHA, Gregorio Briz, de fomentar la "segregación social". Más duro fue el diputado de IU, Adolfo Barrena, que espetó a Serrat que ni siquiera tiene "caridad cristiana".