La consejera de Educación en funciones, Dolores Serrat, se despidió ayer de sus cuatro años al frente de la consejería y lo hizo reconociendo que su equipo ha cometido "errores, pero también aciertos" durante la legislatura.

Después de que el PP, pese a ganar por votos las elecciones autonómicas del pasado 24 de mayo, no tenga la posibilidad de formar un Ejecutivo de coalición con apoyos suficientes, la celebración del Día de la Educación Aragonesa 2015 le sirvió a Serrat para poner punto y final a una legislatura "difícil" y de la que se marcha "con la satisfacción del deber cumplido", apuntó en un su discurso.

Serrat dijo, que "a pesar de las incomprensiones y algunos desafectos vividos", las horas de trabajo, "el insomnio y los desvelos" le han merecido la pena. "El sistema educativo de Aragón tiene fortalezas, pero también debilidades y hemos trabajado con la voluntad de resolver, o por lo menos mejorar ámbitos como la reducción del fracaso escolar, el abandono temprano y el impulso a la excelencia", resaltó la consejera en funciones. "No somos perfectos", señaló.

INTERÉS GENERAL

Serrat puntualizó que la toma de decisiones "siempre" ha obligado al departamento que ha dirigido a elegir "entre lo fácil, lo complaciente y lo correcto y hemos optado por esto último", dijo. "Se ha antepuesto el interés general para conseguir la estabilidad y evitar un rescate en España, y, sobre todo, por salvaguardar el Estado del bienestar", añadió.

Sobre la valoración de su gestión durante estos cuatro años, Serrat apuntó que "será distinta" en función de quien la haga, de sus opiniones y las circunstancias que le rodeen. "Mi objetivo ha sido resolver, o al menos mejorar, algunos de los muchos problemas que tiene nuestro sistema", añadió.

En su discurso, Serrat tuvo un guiño cariñoso para los colectivos que, en numerosas ocasiones a lo largo de esta legislatura, han criticado públicamente su gestión al frente del departamento. Agradeció al Consejo Escolar de Aragón que haya sabido "transmitido el sentir y las sensaciones de la comunidad educativa", mientras que valoró la "responsabilidad" de directores y equipos directivos "ante una función compleja".

AGRADECIMIENTO

También se dirigió a los profesores y les pidió que "den lo mejor" por sus alumnos; al personal no docente les dijo que "son menos visibles, pero imprescindibles" y, por último, animó a los padres "a implicarse" en la evolución escolar de sus hijos. A los alumnos les instó a aprovechar "las oportunidades" y les pidió que "no se dejen encandilar por los cantos de sirena que desde algunos sectores llegan para incitarlos al relajo".

Su discurso entonó el cariz más emotivo cuando se dirigió a su equipo y a los funcionarios del Gobierno que le han acompañado estos años. "Me han demostrado no solo que son buenos profesionales, sino personas buenas", sin quienes no hubiera podido hacer nada, no hubiera sido nadie", comentó.

Serrat aprovechó la celebración del Día de la Educación Aragonesa para reivindicar la enseñanza "con amplitud de miras, flexibilidad y con capacidad para adaptarse" a una sociedad "cambiante, con una complejidad y una evolución muchas veces por encima de la rapidez de las instituciones", dijo.

En su final aseguró que "con el corazón en la mano" se va satisfecha, "sabiendo que queda mucho por hacer y en la plena confianza en que seguiremos avanzando", señaló.