Caótico fin de semana en el servicio de Urgencias del hospital Royo Villanova de Zaragoza, especialmente durante la noche del domingo al lunes, con más de 30 pacientes pendientes de ingreso a las 8.00 horas de ayer.

Estas personas esperaban entre una sala de observación "completa" con 18 camas y unos boxes "saturados", según denunciaron fuentes del personal sanitario, quienes calificaron de "horrible" la jornada y advirtieron de que "frente al puesto de control de enfermería, en la zona de ambulantes, se apiñaban las personas en camillas y sus familiares", apuntaron.

Además, en el pasillo y a falta de espacio en planta permanecieron cuatro pacientes que estaban ingresados; entre ellos, una mujer que tenía fractura de cadera. "Esto es la primera vez que lo vemos aquí", añadió el personal. "Un paciente llegó a pedir el alta voluntaria ante la situación", señalaron.

A las 10.30 horas se seguía con 30 reboxes, término con el que se designa a los pacientes que quedan ingresados en los boxes al no disponer de camas para ingresar ni tampoco estancias en las salas de observación. Esa falta de zonas del hospital en las que explorar a los usuarios y hacer un diagnóstico hace que aumente el tiempo de demora.

APERTURA DE PLANTA

Debido a la presión asistencial, la gerencia del Royo Villanova decidió a las 12.30 horas abrir el ala de la 4° planta del hospital, vacía y destinada a los posibles casos de ébola, para aliviar la saturación. "Es algo que se tenía que haber hecho ya por la noche, porque se podrían haber llevado ingresos allí perfectamente", apuntó el personal.

La delicada situación también derivó en el traslado de tres personas al servicio de Urgencias del hospital Provincial. Pese a la medida, a las 14.00 horas todavía había 20 pacientes en camillas y sillas esperando a ser atendidos en el Royo.

Fuentes del Departamento de Sanidad reconocieron la demanda registrada este fin de semana en el Royo Villanova y señalaron que, entre las 8.00 horas del domingo y las 8.00 de ayer, se atendieron a 271 pacientes. Esta cifra supuso 50 personas más que el pasado 4 de enero, cuando también se registró saturación en este centro zaragozano.

La consejería, ante la previsión de que ayer iba a ser un día complicado en las Urgencias, había preparado un plan de refuerzo. Sin embargo, los trabajadores se preguntaron ayer "¿dónde estaba?" plasmada dicha idea.

FALTA DE PERSONAL

Además, criticaron la "falta de intimidad", ya que "la saturación impide salvaguardar la distancia, la dignidad, la confidencialidad y la seguridad de los pacientes", apuntaron. "La presión a la que se nos somete en estas circunstancias es inaguantable", denunciaron los empleados.

También la falta de efectivos es un problema en el centro. "La noche transcurrió solo con tres auxiliares de enfermería y, hasta las 10.30 horas, no han reforzado con una más. Aun así, eran tres sanitarias para boxes, dos para reboxes y dos para el resto. La plantilla es de risa", advirtió el personal.

"Un día de estos nuestro estrés nos pasará factura. El cabreo de los pacientes y familiares es normal porque es indigno atender a una persona en estas circunstancias. La gente ha asumido esto como habitual y eso es lo increíble, cuando debería de haber un aluvión de demandas en los juzgados por infringir todas las normas y leyes de la asistencia sanitaria", señalaron fuentes del centro.