Mientras el comité de empresa y la dirección de Tranvías Urbanos de Zaragoza discutían en el Servicio Aragonés de Mediación y Arbitraje (SAMA), la junta de portavoces del Ayuntamiento de Zaragoza acordaba por la mañana decretar unos servicios del 51% de media entre semana y del 50% para los sábados. Era la respuesta municipal consensuada a la huelga en la línea del tranvía que todos los partidos daban por hecho que se produciría.

Pero no fue así y ahora ya ha mostrado las cartas el consistorio en una decisión que no gusta a los trabajadores. Porque la última huelga del bus fueron del 33% y ahora subía al 50%, pese a que eso implica dejar a la mitad el número de vehículos que circulan de forma simultánea -son 18 y pasarían a ser 9-, y en consecuencia, duplicar la espera en las paradas. Esta llegaría a ser de 10 minutos por las mañanas entre semana, de 12 por la tarde y hasta 20 en los sábados.

Pero el pacto excluía los días de las fiestas del Pilar, cuando el servicio se presta 24 horas. Decidían esperar a ver el impacto de unos paros que ahora ya no se inciiarán hasta el día del pregón.

Además, los servicios mínimos variaban en función de la franja horaria. Así, en días laborables, se fijó el 50% de 7.00 a 8.00 horas, y 10 minutos de espera entre convoyes; pero se elevaba al 62,5% en hora punta, de 8.00 a 9.00, y 8 minutos de frecuencia. Por la tarde, sería del 45,83% de 19.00 a 21.00, con 12 minutos. Mientras, los sábados tendrán un 50% y la frecuencia se elevará hasta los 20 minutos de 10.00 a 12.00 horas y de 16 de 19.00 a 21.00. Basado, según el consistorio, en criterios técnicos y la «movilidad obligada» de los usuarios.