El arzobispo de Barcelona, Juan José Omella, confesó ayer que el anuncio del Papa de que el 28 de junio le nombrará cardenal le cogió por sorpresa porque ni se lo habían anunciado ni se lo esperaba, y aseguró que la renovación de la Iglesia en España no solo está en manos de los nuevos cardenales sino de una obra sinodal.

Omella (Cretas, Teruel 1946), que agradeció la confianza depositada en él por el Papa Francisco, compareció ayer en rueda de prensa para responder a las preguntas de los periodistas después de que el Papa anunciase que entrará en el colegio cardenalicio con potestad para participar en el cónclave papal por tener menos de 80 años. El nuevo cardenal, que reconoció que su nombramiento «estrecha aún más los vínculos entre Barcelona y el Vaticano», no quiso hacer ninguna lectura política de su nombramiento: «Nosotros solo hacemos lecturas de fe».

Preguntado por si el papa Francisco ha encargado al cardenal arzobispo de Madrid, Carlos Osoro --ascendido a cardenal el pasado noviembre--, y a él mismo la renovación de la Iglesia española afirmó que «es cierto que el Papa ha confiado en nosotros, pero no somos los únicos que tenemos que trabajar, se tiene que hacer en comunión, no es cosa de una sola persona, nosotros podemos poner gasolina al motor, pero se tiene que hacer de forma sinodal».

Omella aseguró que ser cardenal «es una gran responsabilidad para trabajar al lado del Santo Padre», pero que continuará su labor en la archidiócesis de Barcelona. En este sentido, anunció que hará una reestructuración de la archidiócesis barcelonesa, a la espera de que el Papa nombre dos nuevos obispos auxiliares, y que para ello hizo una consulta interna entre sacerdotes y diáconos para que hagan propuestas.

El arzobispo de Barcelona reveló que conoció la noticia de que iba a ser cardenal -- «algo que nunca me había imaginado cuando era sacerdote»-- cuando estaba visitando un centro de Cáritas en una parroquia de Hospitalet, por una llamada que le hizo el obispo de Pamplona, del que es amigo, «y como es muy bromista pensé que me estaba gastando una broma». «Enhorabuena cardenal, me dijo y yo le contesté: déjate de bromas. Pero me insistió en que estaba en la plaza de San Pedro y que lo acababa de escuchar del Santo Padre. Luego otras llamadas me lo confirmaron», explicó.

El nombramiento de Omella como cardenal ha generado división de opiniones en la Iglesia, sobre todo después de que tanto él, que se perfilaba como sustituto de Blázquez en la Conferencia Episcopal Española (CEE) y el cardenal de Madrid, Carlos Osoro, ambos considerados los hombres de Francisco en España, fueran desbancados de la renovación llevada a cabo en marzo.

De Omella, presuntamente implicado en el complot contra el arzobispo emérito de Zaragoza Manuel Ureña, destacan que es uno de los obispos con menos currículo del episcopado y su campechanía.