Un vecino de Zaragoza ha estado siete meses imputado por una pelea en la que nunca participó. Un error de identificación le situó en el lugar de los hechos, en el pub Long Play, pero la declaración de una testigo ha hecho que el juez tenga que dictar el archivo sobre esta acusación, mientras continúan las investigaciones para conseguir dar con el autor de la agresión a Sami H., un cliente de este bar.

Las pesquisas apuntaban a que el autor era una persona de nacionalidad rumana. Así lo señaló el dueño de este establecimiento, la testigo presencial y el propio lesionado. De hecho, llegaron a dar una descripción de una persona de unos treinta años, de 1,70 metros y de piel blanca. Lo sorprendente es que el detenido por esta reyerta fue Malam S., al que le diferencia del sospechoso en algo tan patente como su color de piel, ya que es guineano.

Este hombre de 46 años, defendido por el abogado Ignacio Pérez Santander, tuvo que participar en una rueda de reconocimiento en la que todos eran de raza negra. Fue este momento, junto con la declaración de una testigo la que hizo que el magistrado del Juzgado de Instrucción número 12 de Zaragoza, Alfonso Tello, tuviera que dictar el sobreseimiento libre.

La mujer que vio la pelea ratificó su primera declaración ante la Policía en la que decía que el autor era un rumano y puntualizó que en enero llamó a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado para decir que había reconocido a una persona que estuvo en la pelea, ocurrida el 22 de noviembre del pasado año. La víctima sufrió una fractura de tibia y peroné.

Desde la defensa se lamenta el castigo judicial a un inocente por un fallo que fue puesto en conocimiento del propio juzgado de instrucción y de la Audiencia Provincial de Zaragoza "recibiendo como contestación la desestimación de los recursos, si bien luego se ha demostrado que teníamos razón".