El Monasterio de Sijena reabrirá mañana sus puertas para mostrar al público, mediante visitas guiadas, las 44 piezas que permanecían depositadas en el Museo de Lleida y cuya devolución se produjo el pasado 11 de diciembre por orden del Juzgado de Primera Instancia nº 1 de Huesca.

El presidente de Aragón, Javier Lambán, y la consejera de Educación y Cultura, Mayte Pérez, se desplazarán por este motivo al Sijena a fin de asistir a la recuperación de las visitas guiadas al monasterio, que aguarda, asimismo, la devolución de las valiosas pinturas románicas de su Sala Capitular.

Los dos responsables políticos, acompañados de los técnicos que procedieron a desembalar las piezas tras su devolución, visitarán las salas donde se exponen los objetos recuperados, entre ellos los valiosos sarcófagos medievales de prioras, urnas funerarias de monjas y cuatro alabastros atribuidos a Gabriel Joly.

Los planes tanto del Gobierno aragonés como del Ayuntamiento de Villanueva de Sijena se centran en acordar con la orden de monjas que habita en el cenobio un régimen de visitas que permita una amplia difusión del monasterio y de sus tesoros artísticos y religiosos.

Estos bienes regresaron a su ubicación original el pasado 11 de diciembre, tras décadas de espera y gracias a un operativo policial ordenado por el juez que se desarrolló de madrugada para evitar posibles incidentes con grupos de oposición en Cataluña a su devolución.

La Generalitat recurrió la devolución ante el Tribunal Supremo ante las críticas de responsables políticos aragoneses contra el ministro de Cultura, Íñigo Méndez de Vigo, como responsable del Gobern en virtud del artículo 155 de la Constitución, por permitir la iniciativa legal planteada.

Villanueva de Sijena se encuentra a la espera, además, de una decisión judicial que permita reanudar la ejecución de la sentencia que ordenó a la Generalitat y al Museo Nacional de Arte de Cataluña devolver las pinturas murales del monasterio.

En una reciente entrevista concedida a Efe, el alcalde de Sijena, Ildefonso Salillas apostaba por promover visitas guiadas que permitan explicar el pensamiento religioso en su contexto histórico, y comprender que "en el monasterio no hay nada que esté hecho al azar y que cada rincón tiene su sentido".

El edil anunciaba entonces futuras iniciativas legales para recuperar otras piezas que considera que salieron ilegalmente del monasterio, después de ser declarado en 1923 Monumento Nacional y quedar así blindado frente a la venta de su patrimonio.