El Instituto Aragonés del Agua (IAA) terminó ayer los trabajos de limpieza del abastecimiento de agua potable de Boquiñeni, que se vio afectado por la fuga de gasóleo en unos depósitos industriales abandonados durante la última crecida del Ebro.

Los análisis definitivos para verificar que el agua es de nuevo apta para el consumo los realizará Salud Pública. Durante los trabajos se han llevado a cabo un centenar con resultados favorables, según informó el Gobierno de Aragón en una nota de prensa.

Las labores han consistido en la reparación de los tres depósitos, la reconstrucción de la planta potabilizadora, la limpieza integral de la red general de distribución de agua potable y cada una de las tomas de todos los domicilios, casa por casa.

Para la fase de limpieza de la red general, de unos seis kilómetros de longitud, se utilizó un sistema pionero, consistente en inyectar hielo picado y sal en la red que produce un efecto desincrustante muy superior al de los drenajes con agua y otros sistemas convencionales.

Por otro lado, el Consejo de Ministros aprobó ayer 384.000 euros para cubrir las obras de urgencia realizadas en plena riada del Ebro con el fin de proteger los cascos urbanos de varias localidades ribereñas del Ebro en la provincia de Zaragoza, entre Novillas y Velilla. Las obras consistieron en el refuerzo de unos diques y en la rotura controlada de otras defensas.