El sistema antiniebla que permite aterrizar en condiciones de baja o nula visibilidad -nivel II/III del ILS- sigue dando sus frutos. Zaragoza en solo 18 meses, desde que se estrenara en junio del 2016, ha pasado de ser un aeropuerto que desvía vuelos en días de niebla a ser una pista que los recibe de otras por contar con este importante instrumento. De hecho, en el último año ha sido el motivo por el que 38 vuelos no se han visto afectados por la densa niebla que durante 21 días ha hecho acto de presencia en la capital del valle del Ebro.

En total, han sido 14 aviones con pasajeros y otros 24 de mercancías los que sí han podido tomar tierra pese a las condiciones de visibilidad presentes en la pista aragonesa. Y esto se ha traducido en que 2.159 viajeros no se han tenido que ver afectados por algún retraso por este motivo o ser derivados a aeropuertos próximos. Y que un total de 964.062 kilos hayan podido llegar sin problemas o partir a sus destinos correspondientes sin que la visibilidad tan baja o inexistente fuera un problema para ello.

Este 2017 se suma a un balance de año y medio que es todavía más positivo, ya que el número se eleva a 108 en ese cómputo global. De ellos, 48 corresponderían a aviones con pasajeros, lo que haría que el registro de viajeros que no han resultado afectados se incremente hasta los 8.561 usuarios.

Mientras, los vuelos de mercancías que han evitado problemas de desvíos o de retrasos por la niebla en estos mismos 18 meses serían un total de 60, con 3.273.173 kilos que se libraron de esas afecciones y pudieron llegar a destino sin complicaciones.

Mientras, se han contabilizado dos vuelos privados y otro de la escuela que opera en Huesca que tuvieron que tomar tierra en Zaragoza por la niebla.