El discurso del odio y el racismo sigue instalado en la sociedad aragonesa, según denunciaron ayer casi medio centenar de agrupaciones y colectivos sociales que tratan de reducir los efectos de la xenofobia. Más allá de la estigmatización de la población extranjera y gitana, alertan de que los recursos destinados a la gestión de la diversidad cultura siguen en retroceso y que la inversión en programas educativos de prevención de este tipo de conductas «es insuficiente a todas las luces».

La Plataforma Ciudadana Contra el Racismo señaló que la población inmigrante sigue siendo mayoritaria en los trabajos caracterizados por su dureza, temporalidad y precariedad. Y la situación todavía es peor en el caso de las mujeres. «Existe un doble techo de cristal por el que nos encontramos una diferencia salarial de más del 30% si nos comparamos con un varón autóctono», alertó la portavoz de la concentración y voluntaria de la agrupación de Mujeres Inmigrantes de Aragón, Talita de Fátima. Como brasileña con catorce años de residencia en Aragón, lamenta que la situación ha empeorado con el paso del tiempo. «Las mujeres inmigrantes tenemos muy difícil ascender en un puesto de trabajo», señala.

Estereotipos

El colectivo gitano también estuvo presente en la reivindicación. «Es lamentable que sigamos unidos a un determinado estereotipo, sobre todo cuando este complica el acceso a cosas tan básicas como una vivienda», denunció el presidente de la Asociación de Promoción Gitana, Carmelo Giménez.

La concentración también sirvió para pedir más implicación política. «No podemos permitir que el racismo institucional a la hora de tratar con la Administración se mantenga», indican.