El control de los contratos de las vallas publicitarias es una tarea pendiente del Ayuntamiento de Zaragoza. Una vez que se instala un cartel, se queda en la medianera casi de forma permanente, así que no es de extrañar ver a candidatos pidiendo el voto meses o años después de unas elecciones. De hecho, según fuentes municipales, de las aproximadamente 1.200 vallas que hay en la ciudad --quedan excluidos los mupis o marquesinas--, solamente 105 tienen licencia, 13 de ellas están prorrogadas y 10 en tramitación. Los ingresos que el consistorio recibe de cada una de las licencias que concede es de 500 euros por espacio.

Los datos reflejan el poco control que existe sobre esta actividad. La nueva ordenanza municipal reguladora de las instalaciones y actividades publicitarias tiene como objeto, entre otros, fijar nuevos límites aunque, todavía está sin aprobar. Este viernes finalizará el periodo de alegaciones para, posteriormente, ser aprobada en el pleno.

La nueva normativa contempla ligeros cambios y limitaciones. En caso de aprobarse, ya no se podrían instalar ni carteles, ni grandes rótulos luminosos y exposiciones publicitarias en las lonas de protección de andamios en gran parte del Casco Histórico. Además, en aquellos que sí se permita, no podría superar los 8 metros cuadrados. Y en este apartado surge un nuevo debate. ¿Por qué limitar solamente el centro de la ciudad?

MÁS ESPACIOS El portavoz de IU Pablo Muñoz señaló que sería necesario ampliar estas excepciones al resto de Zaragoza. "Habría que proteger más espacios, especialmente en las zonas más degradadas de la ciudad". Una valla puede dar una sensación más negativa de un lugar determinado, sobre todo en aquellos barrios más antiguos. Muñoz lamentó que solamente se tenga en cuenta el Casco Histórico por ser la zona más turística. "En el resto de Zaragoza también hay áreas históricas que deberían ser protegidas". Pero la anterior ordenanza no contemplaba esta limitación y la futura tampoco lo ha incluído entre sus nuevos propósitos reguladores.

Su agrupación propone que los alrededores de los colegios queden excluídos de los espacios en los que sí se permite la instalación de anuncio. "La publicidad puede ser muy agresiva y resultar negativa para los menores", explicó. Otros de las áreas de las que IU es partidaria de extraer del mapa publicitario es la ribera del Ebro, "un espacio natural con mucha visibilidad".

Con la intención de descongestionar de forma visual ciertos solares y tapias de la ciudad se limitará el número de carteles por tapia o solar. La normativa exigirá dejar libre un 40% de la longitud de la línea de una pared. Su máximo de ocupación publicitaria será de 24 metros. Es decir, el número de anuncios no podrá ser mayor de tres ya que cada uno tiene una longitud de 8,30 metros de anchura y 6,30 de altura. Además, la altura máxima no podrá exceder los 3,30 metros por encima de la valla.

Los condiciones para instalar grandes rótulos luminosos serán más exigentes. Primará la estética, por lo que, tanto de día como de noche, los diseñadores tendrán que pensar en cómo "respetar la estética de la finca sobre la que se sitúen, su entorno y la perspectiva desde la vía pública". Además, no podrán confundirse con las señales semafóricas de las calles.