El anuncio del presidente aragonés, el socialista Marcelino Iglesias, sobre la posible salida de Aragón de la Eurorregión mediterránea --a causa del conflicto con Cataluña por el patrimonio sacro-- provocó ayer múltiples y dispares reacciones. Sólo el PSOE y el PP respaldaron sin dudas la propuesta de Iglesias, duramente criticada por CHA.

El viernes pasado, el Parlamento catalán votó, por unanimidad, una moción de CiU para blindar el arte sacro aragonés retenido por el obispado de Lérida y evitar su salida de territorio catalán. Las críticas políticas en Aragón se sucedieron hasta que el sábado, Iglesias dejó abierta la posibilidad de abandonar la Eurorregión, órgano de trabajo conjunto de comunidades del Este de España y del sur de Francia que responde a un empeño personal de Pasqual Maragall, presidente catalán. Su homólogo aragonés puso en duda que se pueda colaborar en esta entidad cuando se ponen trabas a las legítimas aspiraciones de Aragón.

El presidente del PP aragonés, Gustavo Alcalde, fue quien más aplaudió el anuncio de Iglesias, pues su partido ya había pedido que se tomara esta medida. "Ya es hora", dijo, y añadió: "Me alegro de que el presidente empiece a dar la cara". A su juicio, no se puede estar en la Eurorregión si un socio "juega con absoluto desprecio hacia otro".

MOVILIZACIÓN Alcalde aseguró que el PP estará con Iglesias si actúa "con firmeza" y reclamó una manifestación social promovida por todos los partidos aragoneses.

El portavoz del PSOE en las Cortes, Jesús Miguel Franco, consideró que un paso como el anunciado por su jefe de filas es "necesario", puesto que Cataluña no ha tenido respeto hacia Aragón. "No me gusta, pero no hay más remedio", comentó.

Desde el PAR, Javier Allué vio con muchos recelos la propuesta. "Como medida de presión, podría valer. Pero es lamentable que tengamos que llegar a esto", afirmó. Y es que Allué no ve claro que haya que renunciar a un grupo de trabajo que podría suponer un fuerte desarrollo.

Quien sí fue duro en su crítica fue Chesús Bernal, que aseguró que las dos cuestiones no tienen nada que ver y que Iglesias las mezcla por interés. "Hace electoralismo barato con un anticatalanismo barato", aseguró el portavoz parlamentario de CHA. En su opinión, el presidente aragonés debería "haber sido más firme antes" para evitar esta situación. El nacionalista concluyó: "No es una medida acertada. Iglesias cree que el anticatalanismo vende y le da una supuesta imagen de firmeza".

El coordinador regional de IU, Adolfo Barrena, abogó por situar la polémica donde debería estar: en las instancias eclesiásticas. Y denunció que el obispo de Lérida, Francisco Javier Ciuraneta, haya trasladado la bronca a la clase política. En ese sentido, apostó por presionar al Gobierno central para que "rompa con la Santa Sede si no se cumple la justicia eclesiástica".

Todos los partidos se reunirán hoy para estudiar los últimos acontecimientos.