El barrio de Parque Goya, uno de los más jóvenes de la ciudad, se enfrenta al mismo problema que, por ejemplo, Valdespartera. Ambos son vecindarios de reciente construcción. Prácticamente nacieron con la crisis. Y tratan de lidiar con ella lo mejor que pueden. Ambos no tienen suficiente espacio para que sus pequeños vayan al colegio. Y ambos solicitan con insistencia al Departamento de Educación del Gobieron de Aragón importantes reformas para dar cabida a toda la demanda.

En el caso de Parque Goya, la semana pasada se produjeron avances significativos. El barrio cuenta con dos colegios, el Agustina de Aragón y el Ronda Norte, y sus reivindicaciones se extienden a los dos, pese a que las novedades recientes tan solo alcancen al primero. El pasado 19 de marzo el AMPA del Agustina de Aragón se reunió con la consejera Dolores Serrat, quien les aseguró que de cara al curso que viene habrá reformas para dar cabida a los nuevos alumnos.

El día 23 se produjo la visita al centro de la directora provincial de Zaragoza del Departamento, Montserrat Martínez, para evaular el estado del centro. El objetivo del departamento es habilitar la sala de informática y la de profesores como aulas. "Nos han ofrecido el compromiso a que en noviembre nos confirmarán si tienen dinero para construir el nuevo comedor en verano", afirma el presidente del AMPA del centro, Miguel Moraleda. En suma, les han ofrecido expectativas.

De eso viven los padres de los hijos que van al Agustina de Aragón. De expectativas. El ofrecimiento, de cumplirse, llegaría no para el curso que viene, sino para el siguiente. Eso implica prácticamente dos años de estrecheces. Si se cumple. "Nos fiamos entre comillas. No nos queda otro remedio", añade lacónico Moraleda.

Protestas

Los vecinos y los padres llevan meses protestando por la situación de aglomeramiento que sufren ambos colegios. En carnaval salieron a la calle con los pequeños disfrazados de sardinas. "Los chavales al año que viene, con la reforma, van a estar bien, pero no van a tener espacios co munes para realizar las actividades tanto para clases como para extraescolares", indica.

Con la construcción del nuevo comedor sí se oxigenaría el espacio. Ahora mismo, comenta Moraleda, ya es muy justo. Y al curso que viene lo será más. "Este año, por ejemplo, entran tres cursos de infantil. Y son tres de más que tendremos. Al año siguiente tendremos cinco. Y al siguiente tendríamos seis de más si no hay comedor", sostiene.

Las promesas del departamento, no obstante, y según relata el presidente del AMPA, son simplemente orales. "En la partida presupuestaria de infraestructuras no consta". Por lo que no les queda sino resignarse. Por el momento han acordado reducir las movilizaciones a expensas de lo que les diga el departamento en otoño. Hasta entonces, seguirán como sardinas.