Marisol Jiménez Nieto será desahuciada esta mañana, oficialmente, de la casa de la calle Martínez Vargas del barrio zaragozano de Torrero, tras unos siete meses de impago de alquiler a su casero. Pero su panorama es menos sombrío que ayer por la mañana, cuando se veía en la calle o en el albergue municipal, con sus dos bebés de dos y un año. Un acuerdo in extremis entre el Gobierno de Aragón y Stop Desahucios permitirá que le mantengan la reserva de realojo urgente hasta que pueda acreditar su situación de extrema vulnerabilidad, lo cual está pendiente de apenas una firma.

Marisol, sin trabajo y con apenas 800 euros de ayuda, se separó de su pareja, Manuel, que mientras vivió en la casa y pudo se ocupaba de pagar el alquiler. La relación se rompió, y él se quedó sin trabajo, y las deudas se acumularon. Como obviamente la culpa no la tiene el casero, la mujer buscó una alternativa de alquiler social, mientras esperaba que llegase la fecha del desalojo, hoy.

Entre tanto, a través del servicio de mediación familiar del Gobierno de Aragón, llegaba a un acuerdo de separación de su ya expareja, que tampoco percibe ni siquiera renta, al haber vuelto a empadronarse con sus padres. Una casa a la que ella no puede ir, por razones familiares.

Tras varias reuniones, unas atendidas y otras no, la firma del acuerdo de medidas de separación, que establece la custodia y la pensión compensatoria, llegó al juzgado el pasado 2 de abril. Pero los trámites de ratificación judicial suelen alargarse entre un mes y un mes y medio, y el día llegaba sin que hubiese documento oficial del acuerdo.

Sin él, oficialmente no hay constancia de que la unidad familiar la componen una madre y sus dos bebés, con lo cual, pese a que cumple todos los requisitos, no tiene la condición de familia especialmente vulnerable que exige el Gobierno de Aragón para un realojo inmediato. El acuerdo requiere también que todavía se esté pendiente de desahucio, con lo cual, hoy mismo, dejaría de tener acceso preferente y tendría que ponerse a la cola de peticionarios. Con el exiguo parque de vivienda social, podrían pasar fácilmente dos años sin casa para ella y sus hijos.

La situación no era fácil, y la joven explicaba que ayer mismo era el cumpleaños de su hijo menor, «pero no le hemos hecho fiesta ni nada, ¿qué ganas voy a tener?», contaba, mientras terminaba de empaquetar cosas.

Finalmente, la DGA ha accedido a mantenerle la condición preferente hasta el 18 de mayo, dando tiempo así a recibir constancia oficial de la separación. Por unos días la alojará Stop Desahucios, y sus hijos se irán temporalmente con su padre. Aun así Marisol no las tenía todas consigo. «¿Y si no llega el 18, qué hago yo?», se preguntaba.