Del elitismo y el superlujo, al abandono y la necesidad de un nuevo inversor que lo reflote. Este ha sido el recorrido que en pocos años ha protagonizado uno de los mayores proyectos turísticos del Pirineo aragonés de la mano del grupo inmobiliario Nozar, y con su presidente, Luis Nozaleda, a la cabeza. Dos complejos localizados en el hotel Las Margas de Sabiñánigo y el conjunto del Balneario de Panticosa y que, si nadie lo remedia, cerrarán sus puertas al público el próximo 1 de julio tras el abandono de la gestión por parte de Vincci Hoteles.

Fuentes cercanas a la empresa han asegurado que, solo en Panticosa, el 2008 se cerró con pérdidas de doce millones de euros, mientras que para este 2009, el presupuesto las cifra de 2,5 a 3 millones de euros. Las mismas fuentes prevén que son necesarios entre cuatro y cinco millones de euros de inyección para que ambos proyectos continúen, "porque en dos o tres años, esto resurgiría", argumentan.

Lo que evidencia que tanto la gestión como el modelo elegido no han funcionado. Y ahí están los hoteles de cuatro y cinco estrellas rehabilitados por Rafael Moneo, un campo de golf con dos recorridos diseñados por José María Olazábal, restaurantes y alta cocina de la mano de Pedro Subijana, un centro de alto rendimiento para deportistas proyectado por Álvaro Siza, la única licencia de casino de Huesca, un palacio termal con la firma de Belén Moneo, hija del prestigioso arquitecto, y Jeff Brock, o una moderna urbanización con más de 40.000 m2 de áreas ajardinadas y zonas con piscinas, pistas de pádel y tenis, frontón, polideportivo y hasta campo de Fútbol 7.

Todo ello ahora mismo en el aire y encima de una mesa de diálogo formada por sindicatos, parte empresarial y Gobierno aragonés. Porque es mucho lo que hay en juego. Desde 145 puestos de trabajo (en noviembre pasado se firmó ya un ERE y cerca de 200 personas fueron a la calle) a uno de los futuros motores económicos de la comarca, pasando por el mantenimiento de un patrimonio enclavado en un entorno natural a proteger. Y es que, a pleno rendimiento, ambos complejos suponen 500 contratos de trabajo directos, más los indirectos proporcionados por proveedores, instaladores o comercios de los alrededores.