El Servicio Aragonés de Salud suspendió ayer de nuevo operaciones quirúgicas en el hospital Miguel Servet, en Zaragoza, para liberar camas que permitieran el ingreso de los pacientes desde urgencias. La cancelación de dichas intervenciones, que fueron 33 en total, se comunicó el pasado viernes a las personas afectadas «por si acaso se complicaba la situación» en urgencias durante el fin de semana y así tener margen de maniobra con los ingresos.

Sin embargo, las urgencias han notado una mejoría en los últimos días, pero el Salud ha tenido que mantener las desprogramaciones que ya estaban comunicadas a los pacientes y que, por una cuestión de organización, dejaba todo planificado en el Servet.

Esta medida preventiva por parte de la consejería de Sanidad se viene repitiendo desde principios de la semana pasada, cuando por primera vez se suspendieron operaciones en varios hospitales de Aragón por la saturación de urgencias. El martes fueron 29; el miércoles 34; el jueves 13 (solo en el Servet) y el viernes la cifra descendió a 3 (también en el Servet). El departamento apuntó que las personas que se han visto afectadas por estas cancelaciones serán reprogramadas «lo antes posible».

La descongestión en urgencias se deja notar en los hospitales que, días atrás, registraban una alta presión asistencial. La situación puede variar en cualquier momento, de hecho, la llegada del pico de la gripe a Aragón está prevista para esta semana o la que viene y eso podría derivar en más usuarios en el servicio. Sanidad mantiene las medidas preventivas.

Peticiones / Por otro lado, la portavoz de IU en las Cortes, Patricia Luquin, solicitó ayer la comparecencia en el pleno del consejero de Sanidad del Gobierno de Aragón, Sebastián Celaya, para que explique «de forma precisa» la saturación en urgencias y la adopción de «medidas urgentes para paliar esta situación», dijo.

Luquin dijo que si bien es cierto que los casos de gripe han aumentado exponencialmente, la «causa de la saturación va más allá y es un hecho la falta de personal, lo que provoca que los pacientes, sus familiares los propios profesionales sufran las consecuencias de la falta de previsión», lamentó.

Luquin reiteró la exigencia a Celaya de poner en marcha medidas para paliar «la agresión sin precedentes» que sufrió la sanidad pública aragonesa. «Es hora de que se palíen los efectos de la mala gestión sanitaria del PP-PAR, cuyo primer efecto es el aumento de la presión asistencial en los centros», dijo.