Los clientes de los bares cercanos al cruce de la avenida Cesáreo Alierta y camino de las Torres se llevaron ayer un pequeño susto por el incendio de un coche aparcado, que se saldó sin más consecuencias que los daños. Los bomberos habían recibido avisos porque humeaba un garaje cercano, y creyeron que podría haber varios turismos implicados, pero se quedó en una falsa alarma.