Los vecinos entienden que los vendedores del rastro de Zaragoza necesitan un cambio para mejorar sus ventas de los miércoles, pero no que el Gobierno de Zaragoza en Común (ZeC) decida cambiar su emplazamiento sin negociarlo, sin consultárselo a los residentes y sin tener en cuenta las consecuencias que puede tener.

Ayer en el barrio del Arrabal se seguía hablando de las propuestas del alcalde, Pedro Santisteve, para reubicar a los vendedores ambulantes. Después de mostrar su rechazo ante la amenaza de que la explanada de la Estación del Norte albergase los puestos, el Gobierno municipal ha buscado una alternativa que se mantiene en el distrito: Macanaz. Pero tampoco ha gustado.

Desde el área de Mercados están lanzando posibles ubicaciones para poder conocer la opinión de los vecinos y, por ahora, no están siendo las esperadas.

«¿Pero qué van a hacer con todos los coches que a diario aparcan aquí?», se preguntó Mateo Ruiz, residente de la calle Palencia, en referencia al solar convertido en aparcamiento y colindante al parque.

Ahora que parece que se «han librado» de que se reubique en la explanada de la Estación del Norte -algo que todavía no es seguro-, parece que en el punto de mira de Santisteve está este emplazamiento de la ciudad, donde se instala una carpa durante las fiestas del Pilar y donde a diario aparcan cientos de coches y autobuses.

Se desconoce si también se utilizará el solar destinado al aparcamiento de buses turísticos y que, en su día se planteó que lo hicieran las caravanas.

«Esto es muy sencillo. Si nos quitan esta zona -en referencia al solar destinado a autobuses- eliminaremos la parada en Zaragoza», aseguró una de las guías, Mercedes López, mientras esperaba a que los turistas, acalorados por las altas temperaturas, llegaran hasta el vehículo. Su conductor, Mariano San Isidro, aseguró que la capital aragonesa es de las pocas que tiene «bien habilitado» un espacio que no está excesivamente lejos del punto de interés turístico, es decir, de la plaza del Pilar. «Si llegamos aquí un miércoles y tenemos que buscar otra ubicación no pararemos porque viene mucha gente mayor a la que alejarse cien metros más le supone un estorbo o un impedimento», explicó.

Teresa Soriano no tenía muy clara su opinión pero sí que esta zona es una de las primeras que ven los turistas al llegar a la ciudad, entrando por Huesca.

«Si todo acaba tan sucio como en el párking de La Almozara no creo que vayamos a dar muy buena imagen», comentó. Inhabilitar, aunque sea durante una mañana a la semana, el aparcamiento de coches no convence a nadie.

«Si ya es un problema porque faltan plazas para los coches, ¿qué pasará cuando no podamos disponer de este solar?», se preguntó Enrique Adalid, muy «sorprendido» con las propuestas del Gobierno municipal.

El principal motivo para rechazar la llegada del mercado ambulante es la suciedad que se origina. «Me preocupa porque ni los vecinos tienen que sufrirla ni los turistas tienen que verla al llegar a la ciudad», indicó Adalid. Esta explanada de aparcamiento despierta las diferencias entre los vecinos. «Creo que la gente no tiene que utilizar el coche para moverse por la ciudad, así que no me preocupa que se destine para otra actividad, lo que no me gusta es la suciedad que acompaña al rastro, ya sea en este barrio o en otro», comentó Sandra Vela.

Al otro lado de la ciudad, en el distrito Universidad exigieron al ayuntamiento que plantee una alternativa que evite que el estadio de La Romareda acabe rodeado de puestos los miércoles por la mañana.

«Si ZeC ha ofrecido alternativas menos perjudiciales para El Rabal, ¿por qué no lo hace en Universidad?», cuestionó ayer el presidente del distrito, Enrique Collados (PP), quien acusó a Santisteve de tratarles como «vecinos de segunda».

El edil conservador instó al alcalde a que «rectifique» y busque una solución que no genere problemas en el resto de barrios, como adecuar el parking de La Almozara y mejorar el transporte público.