La predicción estacional para el primer trimestre de 2015, que incluye este mes de diciembre, presenta una mayor probabilidad de que tanto las precipitaciones como las temperaturas estén, en su conjunto, por encima de los valores normales en Aragón, lo que no significa que no haya días de frío.

En el caso de las precipitaciones, la probabilidad de que el invierno, que comienza a las 23 horas 3 minutos del próximo domingo, 21 de diciembre, sea húmedo es del 45 por ciento, frente al 35 por ciento de que sea un trimestre normal y un 20 por ciento de que sea seco, ha informado hoy en rueda de prensa el delegado territorial en Aragón de la Agencia Estatal de Meteorología, Rafael Requena.

El próximo invierno presenta una probabilidad del 20 por ciento de que sea frío en su conjunto, mientras que entre el 45 y 50 por ciento señala que será un trimestre cálido, una valoración que se refiere a todo el trimestre, ha insistido Requena, y que significa que, en su conjunto, será menos frío de lo normal al igual que en los últimos años.

La primera quincena de diciembre no ha seguido el comportamiento húmedo del otoño en cuanto a precipitaciones, ya que ni el norte ni el sur han recibido las que le corresponden, y ha avanzado que para los próximos diez días lo más significativo serán las nieblas, sobre todo en el Valle del Ebro, que llegarán cuando cese el viento, a partir del próximo domingo.

El delegado territorial de la Aemet en Aragón ha añadido que las nieblas perdurarán hasta el día de Nochebuena o Navidad y que, en los próximos díez días, no habrá precipitaciones, salvo alguna débil en el Pirineo, sobre todo, el próximo sábado.

No serán, sin embargo, precipitaciones de nieve en los próximos diez días en el Pirineo, donde sí las habrá en invierno, aunque si las temperaturas están por encima de los valores normales, como se prevé, se darán principalmente en cotas altas, al igual que el pasado invierno.

En este sentido, Requena ha recordado que sí hubo precipitaciones en enero y febrero de este 2014, meses en los que no hizo mucho frío, por lo que la cota de nieve se situó por encima de los 1.500-1.800 metros, una situación que se podría reproducir este año con cotas 1.800-2.000 y que, para cambie, deberían bajar las temperaturas.

Con respecto a este otoño, ha resumido que ha sido "muy cálido" en la comunidad, con una temperatura media de 2,4 grados por encima de los valores de referencia del periodo 1971-2000, y superior a la anomalía de temperatura del otoño en el conjunto del país, que ha sido de 2,3 grados.

En Aragón, septiembre y noviembre fueron meses muy cálidos, con temperaturas por encima de la media de 2,1 y 1,9 grados, respectivamente, mientras que octubre fue "extremadamente cálido", con una anomalía positiva de 3,4 grados, que lo han convertido en el "octubre más cálido desde que existen los registros", ha dicho Requena.

El mes de octubre también ha marcado la diferencia en cuanto a las precipitaciones en Aragón, ya que el otoño ha sido "bastante húmedo" -con un 140 % de precipitación acumulada con respecto a los valores de referencia-, mientras que el décimo mes del año fue "muy seco" con un 42 % de lluvias acumuladas respecto a las medias de referencia.

En las capitales de provincia, el otoño ha sido en las tres el más cálido de la serie histórica, mientras que, en cuanto a precipitaciones, ha sido húmedo pero ha habido otros que lo han sido más tanto en Zaragoza, como en Teruel y en Huesca, que presenta la mayor anomalía este año, con 98 litros por metro cuadrado más y un porcentaje del 162 %.

Así, en Huesca se han registrado en otoño 255,5 litros por metro cuadrado en forma de precipitaciones, frente a los 115,2 de Zaragoza y los 132,2 de Teruel.

En cuanto a temperaturas, la media otoñal en Zaragoza ha sido de 18,8 grados, con una anomalía positiva de 3,4 grados respecto a los valores medios, al igual que Huesca -que registra una temperatura media en el otoño de 17,6 grados-, mientras que Teruel, con 15,4 grados de media, presenta la menor anomalía de las tres capitales, de 2,9 grados, respecto a la media de los otoños de los años 1971-2000.

Requena ha concluido que, hasta la fecha, el presente año ha sido, junto a 2006, "el más cálido de la serie histórica" y que el cambio climático es "un hecho" que no puede justificarse por lo que ocurre en un año sino por la tendencia de los últimos, en la que han aumentado las emisiones de gases de efecto invernadero y su evolución ha sido más rápida de lo que se preveía.