Hasta un tercio de los alimentos de los que disponemos termina en la basura. Así lo afirmó ayer Manos Unidas en la presentación de su LVIII campaña contra el hambre en el patio de la Infanta, en Zaragoza, bajo el lema El mundo no necesita más comida, necesita más gente comprometida. Según datos de esta ONG, 800 millones de personas pasan hambre y esta necesidad representa el mayor riesgo para las personas en el mundo, causando más muertes que la malaria, la tuberculosis y el sida juntos.

El acto estuvo amadrinado por la periodista, psicóloga y deportista olímpica Irene Villa, quien reforzó uno de los compromisos de la campaña sobre la necesidad de la creación de un modelo global de producción agrícola sostenible.

Por su parte, el delegado de Manos Unidas en la capital aragonesa, Gonzalo González, destacó los fundamentos de la oenegé basados en las cosechas para el consumo humano y no para la especulación, el compromiso de producir cosechas respetuosas con el medio ambiente y el del aprovechamiento riguroso de los alimentos evitando la pérdida y el desperdicio de los mismos.

Esta campaña se enmarca en el Trienio de la Lucha contra el Hambre (2016-2018) de Manos Unidas, ya que según sus datos, cada año 1.300 millones de toneladas de alimentos acaban en la basura, y 66 millones de niños acueden a ala escuel con hambre en los países en desarrollo. González explicó que «3.200 millones de dólares serían suficientes para acabar con el hambre en el mundo, es decir, mucho menos del coste de la alimentación que se tira».

Este año la sede de la oenegé de la capital aragonesa se encuentra inmersa en 17 proyectos, de los que ocho están en India, seis en África y uno en América. Gracias a Manos Unidas Zaragoza 300.000 personas han mejorado su situación. Ejemplo de ello es un proyecto de desarrollo productivo en las comunidades Andinas de Perú. El socio local de Manos Unidas en Perú, Juan Rey Catacora explicó las actuaciones llevadas a cabo en el país para la mejora de las producciones de quinoa para favorecer a las sociedades rurales que dependen de los recursos naturales.

El acto fue presidido por el arzobispo de Zaragoza, Vicente Jiménez, quien recalcó la importancia del compromiso para implicarse a favor de las demás personas.