Un equipo de paleontólogos de la Fundación Dinópolis en Teruel ha colaborado en el estudio del "Soriatitan", el nuevo gran dinosaurio saurópodo español hallado en 2000 en Soria cuya descripción acaba de publicarse en una revista científica.

Un equipo de paleontólogos de Soria (equipo Fuentes-Meijide) llevó a cabo la excavación para extraer los huesos y su preparación durante los años 2000 a 2005.

Fue en el año 2009 cuando comenzó una colaboración con la Fundación Conjunto Paleontológico de Teruel-Dinópolis que ha fructificado en su publicación científica en la revista Cretaceous Research, tal y como explica la Fundación Dinópolis en un comunicado.

El ejemplar se localizó en sedimentos de una antigüedad (unos 130-138 millones de años) caracterizada por la escasa información conocida acerca de dinosaurios saurópodos, ya que apenas se han descrito algunos dientes aislados (entre ellos, uno de Oplosaurus procedente de la localidad turolense de El Castellar), según las mismas fuentes.

El yacimiento, denominado Zorralbo 1 y localizado en las proximidades de la población de Golmayo, es muy rico y ha proporcionado también restos de otros dinosaurios, como anquilosaurios (Polacanthus) y ornitópodos (Magnamanus soriaensis) publicados anteriormente.

Los fósiles recuperados (vértebras dorsales y caudales, huesos de la cadera y de las patas delanteras y traseras) pertenecen a un individuo adulto.

El nombre está dedicado a la provincia de Soria -combinado con una terminación que significa gigante- y a la localidad de procedencia: Soriatitan golmayensis.

La clasificación y el estudio de sus huesos indican que se trataba de un dinosaurio cuadrúpedo con sus patas delanteras muy desarrolladas, de modo similar al famoso Brachiosaurus de Estados Unidos o a Giraffatitan de Tanzania.

Las dimensiones del animal se pueden estimar a partir de su húmero ya que con 125 centímetros alcanzaría una longitud aproximada de unos 13-14 metros. Las características de los dientes indican que se alimentaba principalmente de hojas de coníferas.

Los rasgos sedimentarios y geológicos del yacimiento de Zorralbo permiten reconstruir un escenario fluvial, rodeado de coníferas, y un clima subtropical como el ambiente en el que vivió Soriatitan.