Los empresarios turolenses quieren frenar la despoblación que padece la provincia imitando los modelos de gestión exitosos que se han puesto en práctica en otras zonas de Europa, en particular en Escocia. «Las Tierras Altas tomaron medidas para evitar la pérdida de habitantes ya en 1964, y gracias a ello en la actualidad tiene la misma población que en 1920, antes de los grandes movimientos migratorios», explica Juan Carlos Escuder, presidente de la Asociación Intersectorial de Autónomos de Teruel (CEAT). La vista la tienen puesta en el próximo periodo de actuación de la Unión Europea, que abarca desde el 2020 al 2026.

Para ello no se parte de cero, pues Teruel, junto a Soria y Cuenca, consiguió el título de área escasamente poblada en el informe Geoespecs-Espon del 2012. Asimismo, la provincia se beneficia de la Inversión Territorial Integrada (ITI), el Fondo de Inversiones para Teruel (Fite) y, recientemente, la comisaria europea Corina Cretu, especializada en temas de despoblación, visitó la zona. «No es correcto que se nos compare con Laponia, como se ha hecho, pues no tenemos nada en común», protesta Escuder, que preside asimismo la asociación empresarial de Gúdar-Javalambre, una de las más golpeadas por la emigración.

En su opinión, por clima y por altitud, la comparación con determinadas áreas montañosas de Escocia es más adecuada. «Está claro que hay que hacer algo y rápido, pues a este paso Teruel tendrá 116.000 habitantes en el 2030, 18.000 menos que en la actualidad», argumenta Escuder. Ese futuro declive demográfico, sin embargo, no afectará a Teruel ciudad ni Alcañiz, que ganarán población. Pero la provincia perderá mucho peso y serán como islas habitadas en un mar vacío.

DISCRIMINACIÓN POSITIVA

La ayuda de Europa contra la despoblación, según los empresarios de la provincia aragonesa, debe compaginarse con otras políticas. «Hay que discriminar positivamente a Teruel, no puede ser que se nos mida con los mismos criterios que a las comunidades autónomas más pobladas de España», señala el representante de los empresarios.

Por otro lado, Escuder sostiene que es preciso que el aparato administrativo del territorio se adapte a sus circunstancias demográficas, dado que en la actualidad, afirma, es desproporcionadamente grande.

Asimismo, Escuder pide un cambio de mentalidad a los políticos que rigen el país. «Se toman medidas que afectan a las zonas rurales por parte de políticos que desconocen este medio y eso tiene unos efectos muy negativos», asegura.

Esa doble carga, una burocracia excesiva y una clase política urbana, han relegado en su opinión a las provincias menos pobladas. «La situación de despoblación está más generalizada de lo que parece y puede afectar a otras provincias, como es el caso de Huesca, que anda por los 14,7 habitantes por kilómetro cuadrados, frente a los 9,2 de Teruel», afirma Escuder.

De momento, Teruel, Soria y Cuenca se han convertido en pioneras de la lucha contra el vaciamiento de los pueblos, aunque también se han realizado esfuerzos importantes en otros territorios, como Zamora.

«Lo que queremos Teruel, Soria y Cuenca es convertirnos en un laboratorio de ideas y de esperanza para otras partes de España», recalca el emprendedor de Gúdar-Javalambre, que cree que la potenciación de los recursos locales es la mejor arma para que los jóvenes se queden en su tierra.