El objetivo de un cribado de cáncer es el de reducir la incidencia y/o la mortalidad en la medida que detectar la enfermedad en una fase preclínica mejora la efectividad del tratamiento con respecto a si se hubiera diagnosticado en fase clínica y, en consecuencia, en un estadio más avanzado de la enfermedad, sin que ello afecte negativamente el estado de salud de las participantes del cribado. Su eficacia está probada en la lucha contra tumores como los de mama, colon y cérvix, los tres sobre los que Aragón cuenta actualmente con programas de cribado para hacer frente a la enfermedad oncológica.

En principio, no está previsto ampliar estos exitosos programas a otro tipo de tumores al menos en un futuro a corto plazo, según indicaron a este diario fuentes del Departamento de Sanidad del Gobierno aragonés.

MAMA: Cada año se realizan más de 50.000 exploraciones

El programa se inició en la provincia de Huesca en diciembre de 1996. En abril de 1999, el Departamento de Sanidad, puso en marcha su extensión al resto de la comunidad autónoma.

Hasta el año 2007 la población objetivo del programa eran las mujeres de 50 a 64 años residentes en Aragón. En el 2008 se inició la ampliación gradual del grupo de edad a la que va dirigido el programa, siendo el objetivo la incorporación de las mujeres hasta los 69 años, alcanzando la cobertura total durante el año 2012.

El programa se ha implantado de forma progresiva por zonas de salud. La población objetivo, a cribar cada 2 años, se estima actualmente en 169.794 mujeres.

En el año 2017, el número de mujeres citadas en el programa fue de 68.733 (11.907 en Huesca, 7.589 en Teruel y 49.237 en Zaragoza), realizándose 51.468 exploraciones (9.106 en Huesca, 6.493 en Teruel y 35.869 en Zaragoza). La participación global es del 74,9% (76,5% en Huesca, 85,6% en Teruel y 72,8% en Zaragoza), superando la referencia establecida en la European guidelines for quality assurance in breast cancer screening and diagnosis del 70 % para predecir un impacto en mortalidad en la población.

Del total de exploraciones, el 4% (2.059 mujeres) requirieron alguna prueba de imagen adicional, cifra que ha ido disminuyendo desde el inicio del programa hasta la actualidad, lo que, según las autoridades sanitarias, «traduce una mejora de calidad del programa y una significativa reducción en los efectos adversos producidos por resultados falso-positivos».

Desde el inicio del programa, se observa un incremento de la participación, fundamentalmente en la provincia de Zaragoza, donde las tasas eran más bajas. Huesca y Teruel han tenido siempre índices de participación superiores al 70% (a partir de la cual se estima mayor efectividad de los programas). La tasa de adhesión al programa es, en la actualidad, de 92,3%.

Las actividades del programa se organizan por unidades de gestión provinciales. Se pueden dividir en dos tipos: las de detección precoz propiamente dichas (cribado y lectura radiológica de las mamografías) y las de confirmación diagnóstica y tratamiento de los casos detectados. En este proceso están implicados todos los niveles sanitarios desde la Atención Primaria a la Especializada y los profesionales advierten que es «fundamental» el apoyo institucional en la provisión de recursos para llevar a cabo las actividades en el tiempo y forma que marca el protocolo.

Las mamografías se realizan en las cinco unidades de cribado del programa: tres de ellas son móviles (una por provincia), donde se realizan las exploraciones de las mujeres residentes en las zonas de salud rurales. En el caso de Teruel, también se citan las zonas de salud urbanas. Se instalan en el municipio cabecera de la zona. Las otras dos unidades son fijas, ubicadas una en el hospital Sagrado Corazón de Jesús de Huesca (dotada con un mamógrafo usado a tiempo parcial por el programa) y otra en el hospital Nuestra Señora de Gracia de Zaragoza (dotada con 3 mamógrafos), donde se efectúan las exploraciones de las mujeres de las zonas de salud urbanas.

«Una adecuada coordinación, permite que se apliquen con equidad y optimización los recursos allí donde se necesiten, de forma que el apoyo de unas unidades a otras es algo frecuente», indican los profesionales.

En Aragón, al igual que en el resto de España, el de mama es el tumor más frecuente en las mujeres, con una incidencia de 130 casos por cada 100.000, lo que supone que se diagnostican 800 nuevos tumores cada año. No obstante, pese a su elevada incidencia y a estar detrás de una de cada cinco muertes femeninas por cáncer en España, la supervivencia se sitúa ya por encima del 80% a los cinco años del diagnóstico.

COLON: Inminente ampliación en la franja de 50 a 59

El cáncer de colon es otro de los pocos que se pueden diagnosticar precozmente, es decir, antes de que la persona note algún síntoma. Se estima que cerca del 90% de los cánceres de colon y recto podrían ser curados si se detectasen de modo precoz, antes de que la enfermedad alcanzase sus estadíos más avanzados. Esto se debe a que, en la mayoría, el cáncer de colon y recto viene precedido por la aparición de una lesión benigna, el pólipo, que puede detectarse y extirparse fácilmente, evitando así que evolucione y ocasione la aparición del cáncer.

Desde el 2014 hay en marcha en Aragón un programa que cada sector fue implantando a ritmos distintos. En el 2016 se hizo una aplicación total para todas las personas entre los 60 y los 69 años. Se envían cartas informativas a los usuarios que entran en la franja de edad indicada y que no han sufrido una patología previa en esta especialidad.

Estas personas pueden hacerse el test de sangre oculta en heces en su centro de salud. En el caso de que esta prueba salga positiva, el paciente es sometido a una colonoscopia en el plazo máximo de un mes para comprobar la causa del sangrado y ponerle el tratamiento más adecuado. Si el test sale negativo, la prueba volverá a repetirse a los dos años.

En el conjunto del territorio aragonés, se ha invitado ya a 106.000 aragoneses a participar en el programa, un 75% de los 141.000 previstos inicialmente en la primera fase (de 60 a 69 años). En total se han realizado ya 61.867 consultas en la comunidad y 6.117 colonoscopias. En segunda vuelta, se han realizado ya 4.744 consultas y 253 colonoscopias.

Está prevista la ampliación progresiva -se empezará en dos sectores- del cribado a la franja de 50 a 59 años en las próximas semanas.

CÉRVIX: La detección del VOH, mejor que la citología

El cáncer de cérvix también se puede diagnosticar precozmente, es decir, antes de que la persona note algún síntoma. Su principal causa es la infección persistente por el virus del papiloma humano (VPH) de alto riesgo oncogénico (VPH-AR), que constituye un factor necesario para el desarrollo de la mayoría de los casos de lesiones precursoras y de cáncer de cuello uterino, pero puede detectarse y tratarse, evitando que evolucione y ocasione la aparición del cáncer.

El VPH es una infección de transmisión sexual sin síntomas, que cura espontáneamente en la mayoría de los casos. Solo en un pequeño porcentaje de personas en las que la infección persiste hay riesgo de desarrollar cáncer. Desde la aparición de la lesión inicial hasta la formación de un tumor invasor pueden pasar entre 10 y 15 años.

En este caso, el cribado no es poblacional, se denomina oportunista. Existe clara evidencia de que el cribado basado en un test validado para la detección de VPH-AR como prueba primaria de cribado, y aplicado conforme a un protocolo adecuado, es más efectivo para prevenir el cáncer cervical invasivo que el tradicional basado en citología, especialmente en mujeres mayores de 30-35 años.

En las mujeres más jóvenes, al ser una prueba menos específica que la citología, puede provocar un aumento de las derivaciones a ginecología para realizar colposcopias innecesarias, ocasionando un sobrediagnóstico y sobretratamiento de lesiones que podrían haber regresado de forma espontánea.

Sanidad constituyó en el 2017 un grupo de trabajo específico integrado por matronas y especialistas en ginecología, anatomía patológica, microbiología y medicina familiar y comunitaria para el diseño y organización del programa de cribado de cáncer de cérvix en Aragón.

Siguiendo el documento de consenso sobre el programa de cribado de cáncer de cérvix en el Sistema Nacional de Salud de abril del 2016 del ministerio y las comunidades autónomas, el cribado de cáncer de cérvix se concretará en los siguientes términos: a la población objetivo, mujeres con edades comprendidas entre los 25 y los 65 años, se le realizará una toma de muestra en medio líquido por la matrona de Atención Primaria que servirá para citología o test de VPH-AR. Los servicios de laboratorio de referencia en cada sector realizarán una u otra en función de la edad. Entre los 25 y los 34 años se hará una citología cada tres años si la prueba primaria es negativa, mientras que, entre los 35 y los 65, la determinación de VPH de alto riesgo (VPH-AR) se efectuará cada 5 años.

En aquellos casos de citologías positivas en mujeres de 25 a 34 años se utilizará como prueba de confirmación el test de VPH-AR. Y en aquellos casos de pruebas VPH-AR positivas en mujeres de 35 a 65 años se utilizará como prueba de confirmación la citología. En caso de que esta sea positiva se derivará a Ginecología para la realización de colposcopia.

La incorporación de la población diana se realizará de forma paulatina aprovechando los contactos de las mujeres con el sistema sanitario (de ahí la denominación de cribado oportunista). Actualmente, se trabaja en el diseño de los circuitos de derivación en cada sector y la adaptación de los sistemas de información para el registro en historia clínica, tanto en Primaria como en Especializada, para el seguimiento de los casos.