Las catorce trabajadoras del servicio de atención telefónica del 010 en el Ayuntamiento de Zaragoza constataron ayer los peores presagios sobre su situación laboral. Se quedaron sin cobrar la nómina del mes de julio cuando se cumplía un mes de la renuncia de la empresa a la que pertenecen, Pyrenalia, al trabajo que ellas siguen prestando. Un callejón sin salida con difícil solución a corto plazo desde que la jueza que anuló el decreto que formalizaba su subrogación como personal laboral indefinido no fijo decidiera mantener la suspensión cautelar del mismo pese a la citada renuncia de la contrata.

El responsable de Personal del consistorio, Alberto Cubero, ayer prefería esperar a conocer el contenido del informe encargado para constatar si es legal la cesión de ese contrato ya rescindido a otra empresa, Datanoise, sin que medie concurso público. Una respuesta que prevé anunciar hoy y que puede precipitar los acontecimientos en el ayuntamiento, salvo que prosperen las alegaciones al auto judicial que mantenía las cautelares.

Ayer, la noticia era confirmar que su trabajo del último mes no se veía retribuido. El interventor municipal ya advirtió a Cubero de que no podría abonar el salario con cargo a la partida consignada para el contrato con Pyrenalia, desvinculada pero que sigue organizando el trabajo del 010. Si no fructifica la cesión, solo quedará una vía: la licitación del contrato, una sentencia anticipada al contencioso.