Personal de dos centros residenciales dependientes del Instituto Aragonés de Servicios Sociales (IASS) --la residencia de mayores Romareda y el Centro Aragonés de Disminuidos Intelectuales (CADI)-- denunciaron ayer sobrecarga de trabajo y personal insuficiente. Incluso, en el primero de ellos se han recogido ya alrededor de 130 firmas para completar un escrito remitido tanto al Departamento de Ciudadanía y Derechos Sociales como al IASS, en el que exponen su queja y exigen una «solución urgente».

El documento esgrime que enla residencia de mayores Romareda «existe una sobrecarga de trabajo que venimos sufriendo desde mucho tiempo debido a la escasez de personal». Además, aseguran que la situación se ha agravado en los últimos meses «con la falta de sustitución del personal de atención directa, bajas y reducciones de jornada sin cubrir generando mínimos continuos y bajo mínimos ocasionales y sobrecargando y agotando a los empleados».

Califican, en este sentido, de «lavado de imagen» la contratación de refuerzos de «solo dos horas y media» ya que «los residentes necesitan atención las 24 horas del día».

Los trabajadores indican que en los últimos informes emiti_dos por el Servicio de Prevención de la Administración General del IASS «ya se sabía que habían incrementado las cargas de trabajo y no existían los efectivos suficientes» pero «no se ha hecho nada para solucionar esta problemática» lo que, dicen, habría aumentado la cantidad de bajas y renuncias en los últimos meses.

AGOTADOS

Los empleados, «agotados física y psicológicamente», creen que la situación es «insostenible» y, aunque sus quejas ya han sido trasladadas al equipo directivo del centro, este «evita asumir cualquier responsabilidad y culpa al personal».

En el CADI, por su parte, la si_tuación no es mucho mejor, según el personal, que lamenta la denegación «continua» de permisos o las «cada vez más penosas» condiciones de trabajo. «Muchísimas compañeras interinas se han marchado ya al Salud mientras que el personal fijo, casi en un 90%, desea trasladarse. El descontento es generalizado», dice una de sus trabajadoras.

Además, critican el «casi nulo» mantenimiento del material del centro. «Por ejemplo, las manoplas que tenemos que usar para que los residentes no se agredan tienen unos agujeros por los que cabe una mano» o una cisterna rota «desde hace un mes» que provoca que haya apenas seis váteres para 20 residentes.

Desde el IASS, por su parte, se asegura que en los últimos meses se ha venido tramitando ante la dirección general de Función Pública el refuerzo con personal temporal de plantilla «de cara al final de año» para permitir que los trabajadores puedan disfrutar de sus permisos. «La autorización de ese refuerzo llegó el viernes pasado y se va a incorporar a los centros a partir del lunes», indican desde el organismo.

En todo caso, fuentes del Departamento de Ciudadanía y Derechos Sociales negaron una infradotación de personal. «Romareda cuenta con 216 plazas. Dispone de 189 trabajadores de los que 120 son de atención directa y de estos 103 auxiliares de enfermería. «Es una de las residencias públicas con mejor ratio en Aragón y se viene reforzando con contratos temporales en determinadas épocas del año».