La trama de tráfico de medicamentos que investigan la Guardia Civil y el Juzgado de Instrucción número 3 de Teruel exportó, solo desde las 14 farmacias aragonesas analizadas hasta ahora, más de 1.460.000 euros en fármacos con destino a Europa. Es la mayor que se ha detectado en España hasta el momento. Los investigadores no se aventuran a calcular un beneficio global, pero la cifra ha de ser impresionante si se tiene en cuenta que, en algunos casos, lograban un 800% de rendimiento sobre el precio de compra. Por el momento han podido acreditar la salida ilegal de 123.000 envases de distintos medicamentos. Pero el caso sigue abierto. Y bajo secreto de sumario.

Los investigadores han arrestado a 30 personas e imputado a otras dos, por delitos de falsedad documental, contra la Hacienda Pública y la Seguridad Social y de pertenencia a grupo criminal. Han efectuado 28 registros en 14 farmacias aragonesas, siete almacenes repartidos entre Granada, Málaga, Valencia y Barcelona y domicilios. A estas imputaciones hay que sumar algunas judiciales, como la de coacciones, cuyos motivos se conocerán cuando el juez levante el secreto.

La Guardia Civil de Teruel reiteró ayer que la trama de venta al extranjero se limita a la operación Convector. Esta surgió a raíz de la operación Pharmakon, al detectar el transporte de medicinas de la farmacia de Palomar de Arroyos; en esta causa, sí cerrada policialmente, hay otros cinco implicados, y la farmacéutica lo está en ambas. Presuntamente usaba datos de los ancianos para desviar los fármacos con ayuda de su hermana, médica en Valencia y asesora del PP en la Diputación Valenciana.

En el caso de Convector, los agentes, tras un informe del Salud de la DGA, ampliaron las pesquisas a las farmacias turolenses de Peñarroya de Tastavins, Monroyo, Alloza, Villafranca del Campo, Mosqueruela, Alcalá de la Selva y Arcos de las Salinas, además de a las zaragozanas de Cariñena y Aguilón, y las tres de la capital --Valdespartera, Universidad y Actur--. También a almacenes de distribución en Granada, Santa Coloma de Gramenet, Valencia y Málaga. Y arrestaron en Tortosa, en Tarragona, al presunto responsable de facilitar contactos a la red.

La trama usaba la distribución inversa para lograr la reventa. Vendían legalmente cierta cantidad de medicinas, compradas por las farmacias a un almacén distribuidor o un laboratorio, según la lista de demanda del almacenista corrupto. Pero solo se quedaban con una pequeña parte --lo que contribuyó al desabastecimiento-- y el resto lo desviaban para su venta en Europa.