Entrar en casa descalzo o resignarse a manchar todo de barro cada vez que caen cuatro gotas. Esa es la condena que sufren los residentes en la comunidad de San Juan de la Peña, 181, en el barrio del Picarral.

Aparcar el coche debajo de casa, en la parte trasera de la calle San Juan de la Peña, enfrente de la antigua industria Campo Ebro, les supone muchas veces acabar "perdidos de suciedad". Se trata de un tramo sin asfaltar, de tierra, grava y muchos baches que comunica la calle Obón y la avenida Salvador Allende.

En los mapas de la ciudad no suele definirse este espacio, pero en la práctica no deja de ser una vía más que es usada a diario por los vecinos. Los problemas llegan cuando llueve. Los charcos y el barro obligan a caminar por el vial cual acróbata circense, mirando el piso, unas veces de puntillas y otras teniendo que dar saltos para no acabar mojado. Eso, claro, quien pueda. Otros inconvenientes son las filtraciones de agua que se producen en las viviendas. "Además la humedad hace que crezca un moho que huele que apesta", se queja Antonio Lamarcha, anterior presidente de la comunidad de propietarios, quien recoge el malestar de sus convecinos: "Es un incordio. La gente ya no sabe qué se puede hacer. El agua se mete en las casas y no son condiciones para dejar el coche aparcado".

Pero el problema no es nuevo. "Esto ya viene de lejos. Creo que se trata de una disputa con la propiedad del terreno. No existe acuerdo y nadie hace nada por resolverlo. Nosotros hemos intentado mediar en varias ocasiones pero nunca se ha logrado nada", explican desde la asociación de vecinos del Picarral.

Según asegura Antonio Lamarcha, "ese espacio pertenece a Ibercaja, que hasta ahora se ha lavado las manos. Estuve personalmente reunido con uno de sus directivos y me aseguró que estudiarían el caso para buscar alguna solución, que tratarían de arreglar al menos los baches y que se podrían instalar varias señales, pero de eso ya hace tres años y no ha habido ninguna novedad", se queja.