A la hora de valorar el nuevo mapa del ruido de Zaragoza en vías urbanas, presentado esta semana en el ayuntamiento, los técnicos y políticos han focalizado en el tranvía como el elemento clave que ha contribuido, a su paso, a silenciar el tráfico en todo su eje norte sur. El mismo tranvía que al inicio suscitó no pocas críticas vecinales precisamente por eso, por el ruido, por las vibraciones, por su peligrosidad se llegó a decir al pasar por el Coso... Hoy eso queda casi como olvidado, en buena medida porque datos como los que aporta la Agencia de Medio Ambiente y Sostenibilidad referidos al 2016 entierran toda duda al respecto. Concluye que las 36.500 viviendas que hay contiguas al eje Valdespartera-Parque Goya ha visto reducido el impacto acústico en sus casas y entorno «entre 4 y 5 decibelios» en la última década. Lo llamativo es que el tranvía lleva solo seis años funcionando.

Ese alivio acústico para los hogares zaragozanos se nota por la cantidad de coches que se han eliminado de sus calles más que por lo silencioso que sea el Urbos 3. Por la transformación urbanística que supuso la línea 1 y que ha estrangulado las calzadas para que los vehículos privados busquen vías alternativas que no sean el centro. Y hoy, viéndolo con perspectiva, en diez años han cambiado esos datos de intensidad media de vehículos en, absolutamente, todas las calles.

No es una cuestión baladí que por la plaza Paraíso hoy ya no pasen 92.860 coches, buses, motos y camiones de media al día como sucedía en el 2006, sino que sean 40.000 menos, un 44,2% de reducción, y un total de 51.895 vehículos. A la fuerza tiene que ser más silenciosa ese gran nodo de comunicaciones que era porque ya no lo es tanto. O la Gran Ví, que ha pasado de mover a 20.180 en sentido de entrada al centro a 4.755, un 76,5% de disminución, y de 13.870 para salir de él, a 5.700, 8.000 menos que hace una década. De tres carriles a solo uno y sin líneas de bus.

Pero este tramo no es la excepción, sino la norma. Todos los que comprenden el eje Valdespartera-Parque Goya han visto aminorado el tráfico. Al sur, Vía Ibérica, por ejemplo, ya no mueve a 22.100 vehículos como en el 2006, sino la mitad, 10.940, para entrar a la ciudad. Lógicamente antes era una vía de acceso principal a Zaragoza para los municipios del entorno y desde la carretera de Teruel y Valencia.

Coso y puente de Santiago

Por el paseo Isabel la Católica hoy pasan 12.870 vehículos de promedio al día, un 51,5% menos que hace una década. Y la plaza San Francisco soporta un 69,2% menos tráfico, de 19.870 coches a solo 6.120 de media.

En el tramo más al norte, las avenidas Gómez de Avellaneda y María Zambrano también han registrado una disminución de la mitad del tráfico. En la primera se ha pasado de más de 22.500 vehículos a los 11.700 que circulan hoy. Y en la segunda, se ha pasado de 27.230 a solo 16.200. Son más de 10.000 coches que el tranvía ha expulsado. Y con ellos el ruido que provocaban antes.

Es significativo el dato del Coso, por donde antes circulaban hasta 26.000 coches de media diaria y hoy solo llega a 1.690. O el del puente de Santiago, que lo atravesaban hasta 45.600 vehiculos y hoy son 14.100.