Tres artistas contemporáneas, Mapi Rivera, Yolanda Tabanera y Esther Pizarro, han "desnudado" hoy los entresijos de su proceso creativo ante las obras que exponen en Zaragoza, para las que han partido de la mística, la búsqueda espiritual y la esencia humana.

Cada una de estas tres artistas, representativas del arte contemporáneo español, expone una obra en la muestra "El eterno femenino. Retratos entre dos siglos", que se puede ver en el Patio de la Infanta de Ibercaja y en la que se recorre la historia del arte por medio de la figura femenina.

Son tres creaciones, "Mares sin orillas", realizada por Mapi Rivera en 2013, "Peso precioso", de Yolanda Tabanera, de 2008, y "Doble identidad", de Esther Pizarro, de 2006, con las que se cierra una exposición de 56 obras de artistas como Picasso, Romero de Torres, Sorolla, Botero o María Blanchard.

Mapi Rivera (Huesca, 1976) ha señalado que su fuente de inspiración es la lectura de poesía mística, de grandes místicos de la Edad Media, Yolanda Tabanera (Madrid, 1965) ha explicado que, además de la búsqueda espiritual, su trabajo está muy vinculado a la materia, a lo físico, al cuerpo, en este caso el femenino.

A diferencia de ellas, Esther Pizarro (Madrid, 1967) ha dicho que su punto de partida es la esencia humana, el cuerpo, que intuye a través de formas.

Esta última artista, quien inaugura mañana la exposición "Un jardín japonés: Topografías del vacío", en las naves del Matadero de Madrid, ha trasladado lo difícil que supone "desnudar" en voz alta su proceso creativo, que en su caso parte de leer mucho sobre filosofía o sociología para "encontrar esa metáfora, esa clave, en la que articular el cuerpo del trabajo".

Un trabajo que ha definido como "muy escultórico" y "muy proyectual", aunque siempre deja un "resquicio" a lo procesal, y en el que ella ve mapas, cartografía, líneas invisibles, que conectan zonas y puntos de energía.

En "Doble identidad", realizada en un momento personal de su vida, el nacimiento de su primera hija, quiere mostrar las relaciones humanas afectivas, en tres piezas elaboradas con fieltro, hilo, remaches y cable de acero, en las que se dibujan dos siluetas en las que se conectan los puntos de energía del cuerpo mediante cables, a modo de lazos energéticos entre las personas, ha explicado.

Al igual que Esther Pizarro, Mapi Rivera y Yolanda Tabanera tienen siempre a mano un diario en el que escriben, dibujan bocetos y anotan cualquier idea, un "momento mágico" según Mapi Rivera al que son propensos los estados de vigilia, por lo que lo lleva en sus viajes y lo deja encima de la mesilla de noche.

En este sentido, Mapi Rivera ha señalado que desarrolló "Mares sin orillas", perteneciente a una serie de once imágenes fotográficas, en una residencia de artistas en la costa marroquí donde viajó con el libro del místico andaluz Ibn Arabi.

Allí, ha informado de que comenzó el ritual de bajar al amanecer y en el crepúsculo a sacar series de fotos, como "una especie de oración", y aunque siempre trabaja con la desnudez del cuerpo, en este caso ha utilizado velos de diferentes colores, por la cultura.

Por su parte, Yolanda Tabanera, para quien el arte da la posibilidad de enriquecer la realidad, ha explicado que sus obras surgen del interior, en bastante relación con lo espiritual, aunque su trabajo está muy vinculado a la materia, por lo que incorpora vidrio o esparto en sus creaciones.

Se ha definido como una artista fundamentalmente de proceso, ya que por mucho que tenga una idea preconcebida llega a la obra final tras "escuchar" al material, y a través de "una lucha" porque, en su opinión, al indagar en la especie humana hay belleza pero también sufrimiento.

La obra que expone, "Peso precioso", realizada en bronce, vidrio soplado y alabastrado, fue ideada en una fábrica de vidrio de Barcelona y acabada en el taller, y en la que de una cabeza, a la que ella no le dio atributos de genero pero que los visitantes identifican con la de una mujer, cuelga un gran collar que finaliza en otra cabeza similar.

La sesión, denominada "Artistas frente a su obra", forma parte de las actividades de la exposición "El eterno femenino. Retratos entre dos siglos", que se puede ver desde el pasado día 22 de octubre en el Patio de la Infanta de Ibercaja, donde permanecerá hasta el próximo 16 de marzo.

Por la muestra han pasado ya más de 15.000 visitantes, mientras que 750 personas han participado en las visitas guiadas, otro centenar en los talleres para familias y alrededor de doscientas en los talleres escolares, ha informado hoy la responsable del área de Cultura de la Obra Social de Ibercaja, Magdalena Lasala.

Según Lasala, la exposición supone un recorrido por los últimos cien años del mejor arte contemporáneo, en diferentes soportes, y pretende analizar la expresión de la mujer en el mundo artístico.