Tres universitarios jamás olvidarán cómo acabó la fiesta de su final de carrera: en el calabozo. Fueron detenidos después de agredir a dos agentes del Cuerpo Nacional de Policía que habían acudido a las inmediaciones de la Sala Multiusos del Auditorio de Zaragoza. Los policías sufrieron heridas en los pies y en las manos.

Los hechos que motivaron el arresto tuvieron lugar a las 6.25 horas, cuando el evento había finalizado. A la salida, dos grupos de veinteañeros comenzaron una pelea, después de que unos llamaran «zorras» a las chicas que iban con unos chicos. A partir de ahí comenzó una discusión con golpes y en la que un joven recibió un fuerte golpe en el ojo y a otro se le salió el hombro de un empujón. Este último, hermano de uno de los detenidos, tuvo que ser trasladado al hospital.

Ante la reyerta, dos agentes se personaron en el lugar para intentar apaciguarles, si bien, ante la agresividad y nerviosismo que presentaban decidieron pedir más efectivos. Rápidamente se personaron en la calle Violante de Hungría policías uniformados y de paisano. Fue en ese momento cuando los tres arrestados, J. G. L.; G. L. A. y S. C. C., la emprendieron a golpes contra las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado. «La situación se desbordó y el personal allí presente se abalanzó sobre los agentes con la intención de intimidarles y de agredirles», señala en el atestado policial al que ha tenido acceso este diario.

Dos de los jóvenes fueron arrestados en el momento, mientras que J. G. L. trató de huir del lugar, si bien, a los pocos minutos, regresó. Los tres fueron imputados por un delito de atentado contra agentes de seguridad y enviados a los calabozos de la comisaría del Actur, donde pasaron la noche antes de ser conducidos ante el Juzgado de Instrucción número 9 de Zaragoza, cuyo magistrado les puso en libertad tras declarar asistidos por el abogado Saúl Rubio.

Los tres universitarios aseguraron al juez que desconocían que los agentes lo eran, puesto que iban «camuflados y en ningún momento se identificaron como policías». «Le empujé, no muy fuerte, porque creía que era del grupo que pegó al hermano de S. C. C.», señaló uno de ellos. El joven al que la Policía le acusa de intentar fugarse lo negó. Aseguró que había entregado el DNI a uno de los agentes uniformados y que regresó cuando se dio cuenta de que no lo llevaba encima.

Los dos agentes pertenecientes al Cuerpo Nacional de Policía tuvieron que ser asistidos en un centro hospitalario para valorar las lesiones que fueron clasificadas por los sanitarios como leves.