El Tribunal Superior de Justicia de Aragón (TSJA) avaló ayer que continúe la causa contra el ya exdiputado autonómico por el PAR Manuel Lorenzo Blasco, seguida principalmente por una permuta de terrenos que autorizó el Ayuntamiento de Zaragoza, cuando él era concejal, que benefició a unos empresarios que le compraron unos terrenos en Borja por un precio aparentemente desorbitado. La Sala Civil y Penal del TSJA ha avalado que siga el caso contra él por delitos de tráfico de influencias, contra la hacienda pública y cohecho.

En el mismo auto, que resuelve múltiples recursos, los magistrados le retiran la imputación por negociaciones prohibidas a los funcionarios, ya que las operaciones financieras relacionadas con ella eran obras en Ejea de los Caballeros y la localidad navarra de Orcoyen, y allí no tenía competencias.

Por estas mismas obras estaba inicialmente imputado el empresario al que se las encargó, Santiago Palomera, pero fue desimputado y, pese al recurso de la Fiscalía, así seguirá. El TSJA entiende que cuando en el 2010 una empresa de Blasco encargó a la de Palomera las obras, en campos de fútbol, este las subcontrató por menos dinero y la primera ganó sin haber hecho nada. La Fiscalía lo veía una dádiva, pero ni el instructor ni el TSJA lo ven probado, pues la subcontrata es legal.

Sí procesarán a Blasco por tráfico de influencias en la permuta de terrenos de un colegio zaragozano en favor de los hermanos José y Luis Agustín, también imputados. El jurado decidirá si el exdiputado tenía poder para influir en el expediente o presionó para ello.

Igualmente lo hará respecto a si los terrenos que le compraron los hermanos en Borja valían 13.200 euros, como valora la Agencia Tributaria, o los 650.000 euros que se pagaron, y que justificó Blasco con su propio informe pericial. Relacionado con esto estaría el delito fiscal por dejar de tributar 130.000 euros.

A los hermanos empresarios les juzgarán por cohecho por el pago de la finca. Pero no por delito fiscal, pues no hay pruebas para hacerlos cómplices, al menos conscientemente, de la posible defraudación que llevase a cabo Blasco.