Tras más de treinta años muerta, Pilar Bayona, pianista zaragozana de reconocido prestigio, se levantó ayer de su tumba y arrastró su falda gris por el cementerio de Torrero. Lo mismo hicieron el empresario Basilio Paraíso, bajo tierra desde 1930, y otras 3 personalidades aragonesas del siglo XIX. ¿La causa de su despertar? La presentación de un nuevo recorrido turístico en el cementerio de Zaragoza: la ruta de personas ilustres.

La visita, totalmente gratuita y sin ningún tipo de guía, transcurre por 31 tumbas señalizadas y complementa los otros dos itinerarios turísticos que ya existen en el cementerio --la ruta del arte funerario y la de la memoria--. Además, para facilitar la orientación de los visitantes, se ha puesto a su disposición un folleto y un libro con mapas y bibliografías detalladas.

Historia viva

"Entre los nichos de este cementerio está escrita la historia de los vivos: las luchas obreras, los conflictos entre liberales y conservadores, los cambios artísticos... El cementerio es una enciclopedia encriptada", señaló Carlos Pérez Anadón, consejero de Urbanismo del ayuntamiento, durante la presentación del nuevo recorrido. En ese mismo acto estuvieron presentes unos 50 familiares de los aragoneses seleccionados. Y algunos de ellos vieron cómo Pilar Bayona, Basilio Paraíso o Ricardo Magdalena volvían a la vida gracias a los actores que amenizaron el acto.

La selección de la tumbas ha corrido a cargo de Carlos Forcadell, catedrático de Historia de la Universidad de Zaragoza. Según el responsable intelectual del proyecto, "estas rutas elevan la necrópolis de Torrero al mismo nivel que el cementerio judío de Praga o el Pére Lachaise de París". María Elena Borao, tataranieta de uno de los difuntos seleccionados, Jerónimo Borao, rector de la universidad y destacado político liberal, agradeció al ayuntamiento esta iniciativa ya que, de esta forma, "se rescata a su abuelo del olvido".

Según fuentes de Urbanismo, el proyecto ha costado unos 10.000 euros. 4 tumbas han tenido que ser trasladadas para adecuarlas al recorrido y las que lo han necesitado han pasado por un proceso de restauración. El nicho de granito gris de Matías Pastor, activo sindicalista de finales del siglo XIX, se encontraba en tan buenas condiciones que no ha tenido que pasar por ese proceso. Delante de la tumba, flanqueada por dos ramos de plástico, su nieta, Carmen Pastor, señaló que, mientras el homenaje fuera sencillo, "sin grandes fastos", todo le parecía bien.

Los nietos y bisnietos de Alberto Casañal, periodista y folclorista fallecido en 1943, también aprovecharon para visitar su tumba. "Me parece magnífico que se reconozca a mi abuelo", afirmó su nieta, María Dolores Casañal. "Se lo merece".